Se consum¨® la revoluci¨®n

Despu¨¦s de a?os apuntando pero sin terminar de concretar, la revoluci¨®n ha llegado a la Liga ACB. Con la eliminaci¨®n justa, indiscutible y anunciada del Real Madrid a manos del TDK, el poder del baloncesto espa?ol cambiar¨¢ de manos dentro de quince d¨ªas. El tan manido "al final ganan los de siempre" se ha roto gracias a dos equipos que en las semifinales han mostrado que bajo el aparente poder que siempre destilan los dos equipos m¨¢s poderosos del pa¨ªs, se escond¨ªa todo un cat¨¢logo de debilidades, actitudes err¨®neas y equivocados conceptos.TDK y Real Madrid eran conscientes de que el cuarto partido era el definitivo. Y as¨ª lo demostraron con una puesta en escena temerosa. Salieron cohibidos, atenazados, cortos de revoluciones y sobrados de precauciones. Ni el bal¨®n ni las piernas se desplazaban con soltura por el campo y desde el salto inicial parec¨ªa que cada canasta pose¨ªa un valor capital. Se repitieron claves del tercer partido como la presi¨®n de Santos sobre Creus, el trabajo de Jones sobre Bodiroga o el enfrentamiento belicoso de Orenga con Sallier. Tanta contenci¨®n, tama?a atenci¨®n al contrario, convert¨ªa el encuentro en un devenir tan tenso como espeso, al que s¨®lo se sobrepon¨ªa Herreros. El marcador, l¨®gico, bajo m¨ªnimos (13-18, minuto 10).

El Madrid se coloc¨® una vez en zona y Jones clav¨® un triple. En apariencia la cosa no ten¨ªa mayor importancia, pero s¨®lo en apariencia. Con su canasta, Jones desterr¨® el fantasma que le atenaz¨® dos d¨ªas antes. Su liberaci¨®n trajo consigo un cambio de actitud del TDK.

Dej¨® de racionalizarlo todo y aceler¨® sus acciones. El Madrid dio los primeros s¨ªntomas de alarma al no responder al cambio de tercio (33-27, minuto 16). Los malos augurios se amontonaban. Bodiroga fallaba m¨¢s de la cuenta, Herreros se dilu¨ªa y Orenga y Martin adem¨¢s de ser superados por Alston y Sallier se cargaban de personales.

Angulo evit¨® que los desperfectos del cicl¨®n Jones (19 puntos en la primera parte) le colocasen en una situaci¨®n desesperada en el descanso (43-35).

Nada fue mejor para el Madrid en la segunda parte. Al contrario. El TDK manej¨® el encuentro a su antojo y volvi¨® a mostrar esas cualidades que le otorgaron los dos triunfos en Madrid. Buenas circulaciones de bal¨®n, pocos errores, un rebote poderoso y la aparici¨®n de Creus en el momento justo.

Despu¨¦s de 30 minutos sin meter una sola canasta, el eterno base meti¨® dos triples consecutivos que hundieron en la miseria al Madrid (del 66-57 al 72-57 a falta de cinco minutos). Creus ha sido el h¨¦roe de la eliminatoria, lo que da lugar a dos lecturas. Una, la lecci¨®n de un jugador de 42 a?os en perfectas condiciones dando clases magistrales de direcci¨®n, saber estar y visi¨®n del juego y sus circunstancias. La segunda no es tan positiva. Que un jugador en los cuarenta acapare titulares y elogios dice poco de las siguientes generaciones.