El mejor oficio

Siempre he dicho que para entrar en la literatura y en la revoluci¨®n, part¨ª de la misma sensibilidad y de la misma ansiedad por cambiar el mundo. Siempre quiero cambiarlo como en los a?os del mayor ardor, en eso no ha variado mi ambici¨®n. La pol¨ªtica es tambi¨¦n un buen oficio, pero aunque hay en ella dichas y nostalgias, tras un largo camino quedan no pocas decepciones. De la literatura, nunca he tenido decepciones, sino s¨®lo dichas. Inventar es hoy para m¨ª, como hace cuarenta a?os cuando escrib¨ª mi primer cuento, el mejor oficio del mundo.Me siento en buena compa?¨ªa al recibir este premio. Eliseo Alberto y yo pretendemos ser voces distintas de una misma identidad diversa, que es tambi¨¦n una entidad, esa entidad identidad del Caribe a la que pertenecen Ruben Dar¨ªo y Eliseo Diego, que es a la vez noche h¨²meda y d¨ªa deslumbrante, palabras y sones, sabores y colores, desde la cual podemos ser id¨¦nticos y distintos y extender nuestra identidad a la de Am¨¦rica Latina toda, y a la del universo de La Mancha, que se abre en las dos orillas de la lengua.

En el concurso participaron m¨¢s de 600 novelas, que significan un cuarto de mill¨®n de p¨¢ginas de imaginaci¨®n llegadas de las dos orillas del territorio de La Mancha. Quiere decirse que seguimos imaginando con vitalidad. Si algo habr¨¢ siempre de salvarnos, ser¨¢ la imaginaci¨®n.

?ste no es un fin de siglo benigno para las utop¨ªas, ni para los proyectos de cambio que pretendieron desterrar la injusticia y las desigualdades de nuestras tierras. Nuestra Am¨¦rica se salva por la cultura, es nuestra forma de redenci¨®n (...)

Mi novela premiada es, antes que nada, un homenaje a Rub¨¦n Dar¨ªo y a la lengua de Rub¨¦n Dar¨ªo, el Rub¨¦n Dar¨ªo que Valle-Incl¨¢n celebr¨® con colores sombr¨ªos en Luces de Bohemia. El milagro continuo hizo que el a?o en que Dar¨ªo escrib¨ªa su Espa?a Contempor¨¢nea en Madrid, hace un siglo, naciera en Andaluc¨ªa Garc¨ªa Lorca. Son las semillas que el viento lleva de uno a otro conf¨ªn de nuestro inmenso e intenso territorio verbal por encima de las espumas del oc¨¦ano. (...)

A este oficio me consagro, bajo el nicarag¨¹ense sol de encendidos oros, el sol dariano que deslumbra con su lumbre paisajes de desolaci¨®n, y de esperanza, y que alienta e ilumina mi vida de escritor, ya para siempre.