El "Wozzeck" de Friedkin y Mehta triunfa en el "Maggio Fiorentino"
El director de "El exorcista" pone en escena un drama sobrio
No hubo golpes de efecto ni trucos sensacionalistas en el Wozzeck de Alban Berg, que se estren¨® la noche del martes en el teatro Comunale de Florencia con la direcci¨®n musical de Zubin Mehta, y en el que hac¨ªa su esperado deb¨² como director de escena el norteamericano William Friedkin, conocido en el mundo entero por la pel¨ªcula El exorcista. La sobriedad se impuso en decorados -algunos bell¨ªsimos- y hasta en los principales int¨¦rpretes, Paolo Hunka y Katarina Dalayman.
El p¨²blico, que acudi¨® quiz¨¢ con un punto de morbo a este esperado estreno, el m¨¢s prometedor de los que ofrece en esta su 61? edici¨®n el festival de m¨²sica y ¨®pera Maggio Fiorentino, aplaudi¨® largamente una pieza que ha gozado siempre del favor de los organizadores del festival, donde se han montado ya m¨¢s de dos versiones de la obra. De hecho, antes de que concluya la temporada se estrenar¨¢ una versi¨®n musical de el Wozzeck en el mismo escenario florentino, que incluye una sorpresa para los admiradores de esta pieza.Ver representada la s¨®rdida historia del soldado Wozzeck, traicionado por su compa?era, pero sobre todo por su incapacidad personal de elevarse por encima de las circunstancias, en un escenario como el del teatro Comunale de Florencia, causa una cierta perplejidad.
En el patio de butacas y en los palcos de la primera planta se dan cita una exquisita masa de elegantes de ambos sexos. Todo transpira riqueza, ¨¦xito social y bienestar, mientras en el escenario se desarrolla un drama ¨¢rido, a intervalos insoportablemente deprimente.
Wozzeck, que alquila su cuerpo al Doctor -esencial del racionalismo-, que lo trata como un objeto mec¨¢nico, que padece las humillaciones del Capit¨¢n y acaba matando a la mujer que ama, sufre hondamente, y la m¨²sica de Berg, escrita en Austria en el periodo de entreguerras, es como un golpe en la conciencia de todo el mundo.
Texto amargo
El autor, nacido en Viena en 1885, vio por primera vez una representaci¨®n de la obra de Georg B¨¹chner, en la que se basa la ¨®pera, en 1914. Se trata de un texto bastante amargo en el que se intuyen ya los s¨ªntomas de la cat¨¢strofe que representar¨ªa el nazismo.Aun as¨ª, Friedkin no ha sucumbido a ninguna tentaci¨®n hollywodense, ni siquiera ha osado incluir veladamente cruces gamadas en alguna esquina del escenario. ?Mi puesta en escena?, declaraba el director de El exorcista en una entrevista previa al estreno del martes, ?sigue las indicaciones de Alban Berg. Este Wozzeck estar¨¢ ambientado en la Alemania de Georg Grosz, de Otto Dix, del cine expresionista?.
La dureza del texto -lo suficientemente atractivo como para que existan varias versiones musicales distintas- se extiende a la m¨²sica, que en palabras de Friedkin representa ?un verdadero desaf¨ªo para los cantantes, los m¨²sicos y para los espectadores?.
La pieza, dividida en tres actos y 15 escenas sin intervalos ni paliativo temporal alguno que aten¨²e la intensa tensi¨®n dram¨¢tica, se convierte en un lamento, un alegato sobre ?la inhumanidad? de la condici¨®n humana. ??Por qu¨¦ no apaga Dios el Sol??, se pregunta elocuentemente uno de los personajes, persuadido de que la cruel farsa de la vida deber¨ªa desarrollarse al menos a oscuras.
Misterio del destino
?Wozzeck es, efectivamente?, se?ala Friedkin, ?la dram¨¢tica historia de la deshumanidad de lo humano, del misterio del destino. Wozzeck vive en el terror, envuelto en el miedo irracional sobre el que he investigado en muchas de mis pel¨ªculas. Aqu¨ª puede haber un lazo de uni¨®n, otro lazo nace de mis propios or¨ªgenes. Mis padres son ucranianos y yo me siento muy pr¨®ximo a la cultura europea, que ha influenciado mis pel¨ªculas m¨¢s que la americana?.En medio de la sordidez de Wozzeck, brilla en escena la hermosa y poderosa voz de Katarina Dalayman y resultan acertados tanto la escenograf¨ªa, con algunos decorados realmente bellos, como el vestuario de Francesco Zito.
Pero quiz¨¢ el triunfo m¨¢s indiscutido de la noche fue el del director Zubin Mehta, que estuvo en todo momento a la altura de la delicada tarea de guiar la compleja m¨²sica de Berg.
Este Wozzeck de Berg no es el ¨²nico en esta temporada del Maggio Fiorentino, que reserva una sorpresa a los admiradores de la pieza. La versi¨®n musical de Manfred Gurlitt ser¨¢ otro plato fuerte antes de que concluya esta edici¨®n del festival, el m¨¢s antiguo de Italia.
Esta nueva versi¨®n de la pieza se representar¨¢ no como ¨®pera, sino como tragedia musical con coros bajo la direcci¨®n de Gerdalbrecht, el pr¨®ximo d¨ªa 12 de junio, poco antes de la clausura del festival de m¨²sica y ¨®pera Maggio Fiorentino.
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