Muestras de fuerza en la casa del pobre

Despu¨¦s de la bomba hind¨², la bomba musulmana: as¨ª se presenta la situaci¨®n desde ayer para los dos Estados sucesores de la India brit¨¢nica. (...) Es precisamente en esta, perspectiva religioso-nacionalista donde reside uno de los peligros principales, y no s¨®lo para el subcontinente. India y Pakist¨¢n iniciaron su carrera de armamentos hace ya me dio siglo, inmediatamente despu¨¦s de conseguir la independencia de sus Estados. Desde entonces, han librado tres guerras y han dado a su enemistad encona da una nueva dimensi¨®n, literalmente explosiva. La esperanza de que la disuasi¨®n nuclear mutua haga reflexionar finalmente a ambas partes y las lleve a una coexistencia menos irracional no est¨¢, de momento, justificada. Hace apenas dos semanas, cuando, en medio del j¨²bilo nacional, India accedi¨® al club de poderes at¨®micos confesos, Pakist¨¢n tuvo que escuchar de Nueva Delhi que se aplicara la lecci¨®n por lo que respecta a la eterna disputa por Cachemira.

En todo caso, no se hubiera necesitado esa amenaza para llegar a una r¨¦plica nuclear. El Gobierno paquistan¨ª, despu¨¦s de los ensayos nucleares indios, estaba bajo tal presi¨®n interior, que se crey¨® obligado a ignorar las claras advertencias de EE UU. A esto se un¨ªa la esperanza, como anteriormente en India, de reconstruir con ayuda de la bomba la unidad pol¨ªtica en un pa¨ªs azotado por tensiones ¨¦tnicas, separatistas y sectarias. (...)

29 de mayo