Capitalidad cultural: final pat¨¦tico
El pasado d¨ªa 28 el Consejo de Ministros de Cultura de la Uni¨®n Europea acord¨® por unanimidad la concesi¨®n de la capitalidad cultural para el a?o 2001 a Rotterdam y Oporto, a la vez que, al objeto de desbloquear el acuerdo, designaba, en contra de las directrices del Parlamento Europeo, las sedes para los pr¨®ximos 2002, 2003 y 2004. Salamanca ha sido la capital seleccionada por Espa?a para el a?o 2002. Con esta decisi¨®n, Valencia ha perdido una oportunidad hist¨®rica para proyectar nuestra imagen hacia el exterior, poner al d¨ªa nuestra pol¨ªtica cultural o actualizar nuestras inversiones y patrimonio en una parcela tan importante en la vida cotidiana de una ciudad que aspira a ser el "cap i casal" de la Comunidad Valenciana. Por estas razones, por la importancia que para Valencia podr¨ªa tener esta designaci¨®n, el grupo socialista siempre ha apoyado las gestiones llevadas a cabo desde la alcald¨ªa, aunque se haya discrepado de los contenidos de la propuesta, de la estrategia o del estilo y forma de entender el acontecimiento. Hasta aqu¨ª nada que objetar. La alcaldesa de esta ciudad renunci¨® a otros proyectos, en su opini¨®n m¨¢s ut¨®picos, y centr¨® su apuesta en la consecuci¨®n de la capitalidad cultural para el a?o 2001. Por desgracia para todos los valencianos Rita Barber¨¢ ha calculado mal sus posibilidades y ha perdido. El PP y el gobierno del se?or Aznar han preferido Salamanca a Valencia, como representante espa?ola en el concierto de capitales culturales. Ahora bien, lo que est¨¢ resultando pat¨¦tico son las explicaciones ofrecidas por la alcaldesa para justificar su fracaso. Poco menos que hemos sido los partidos de la oposici¨®n quienes hemos decidido no elegir Valencia como sede, todo ello acompa?ado de insultos y calificativos denigrantes para las instituciones comunitarias, "apa?o", "confabulaci¨®n", "pasteleo" expresan el sentir de nuestra alcaldesa frente a tal decisi¨®n. Al m¨¢s puro estilo de la ministra Loyola de Palacio y con igual ¨¦xito se pone al frente de la manifestaci¨®n y descarga toda su ira contra la Uni¨®n Europea, faltando a la verdad sobre el proceso de designaci¨®n, trasladando sus frustraciones hacia otra instituci¨®n, ocultando a los verdaderos culpables del proceso, en definitiva, comport¨¢ndose como nos tiene acostumbrados, a buscar siempre un responsable externo con tal de no asumir sus responsabilidades directas en el proceso. Espa?a ha sido el ¨²nico pa¨ªs junto con B¨¦lgica que hasta el momento presente ha tenido la fortuna de ser elegido en tres ocasiones para que una de sus ciudades representara durante un a?o la capitalidad cultural de todos los europeos (Madrid 1992, Santiago 2000 y Salamanca 2002). Pocas quejas puede tener nuestro pa¨ªs con la Uni¨®n Europea en este campo. El problema radica en que el se?or Aznar no quiso en su momento jugar fuerte a favor de Valencia y acord¨® en Consejo de Ministros que si Espa?a era designada para el a?o 2001 la representante ser¨ªa Valencia, si era para el a?o 2002 ser¨ªa Salamanca, el 2003 Granada y 2004 Barcelona. Si tanto inter¨¦s ten¨ªa el se?or Aznar, como dice la alcaldesa, bastaba con que la decisi¨®n del Consejo hubiera sido elegir a Valencia como sede y capital cultural en la primera ocasi¨®n que la UE designara a Espa?a y en este momento ser¨ªamos la ciudad elegida. No se puede jugar a todas las cartas a la vez, decir en todos los sitios que se apoya la candidatura y luego echar las culpas al vecino para salvar la cara. La responsabilidad ¨²nica de que en este momento Valencia no sea la capitalidad cultural es del se?or Aznar que no eligi¨® nuestra ciudad como representante espa?ola. El segundo error grave ha consistido en apostar por el 2001 y no por otra fecha. Era muy dif¨ªcil desbancar a Rotterdam para ese a?o y todav¨ªa m¨¢s que la UE eligiera y repitiera un pa¨ªs dos a?os seguidos. La obcecaci¨®n y cabezoner¨ªa de nuestra alcaldesa nos han llevado a esta situaci¨®n, a pesar que hace un a?o se le advirti¨® del peligro. Los errores acumulados son excesivos. Se ha renunciado a reivindicar otros acontecimientos para Valencia cuando lo que hay que hacer es apostar a todo y luego poder negociar. Se ha elegido una fecha, el a?o 2001, que pr¨¢cticamente significaba un fracaso seguro. No se ha sabido negociar. No ha habido presi¨®n suficiente sobre Madrid, hasta el punto que el secretario de Estado de Cultura fue con el objetivo confesado de apostar y apoyar a Salamanca no a Valencia. La falta de coordinaci¨®n con la Generalitat en este campo y la falta de sinton¨ªa con el se?or Zaplana tambi¨¦n ha debido de jugar su papel. El colmo de la hipocres¨ªa consiste en culpar al se?or Solana, al se?or Mar¨ªn y a todos los socialistas de que no han apoyado la posici¨®n de Valencia, o insinuar una confabulaci¨®n socialista contra Valencia. La UE elige las ciudades a propuesta del Gobierno de cada pa¨ªs. El colmo de la desfachatez es decir ahora que la elecci¨®n corresponde a Europa. ?Eligir¨ªa la UE una ciudad no propuesta por el Gobierno de su pa¨ªs? Nunca. El resto son excusas de mal perdedor. Las declaraciones de Juan Jos¨¦ Lucas, presidente de la Comunidad Aut¨®noma de Castilla y Le¨®n, son muy clarificadoras: "La elecci¨®n ha sido posible gracias al esfuerzo del Gobierno, concretamente, del presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, del vicepresidente primero, Francisco ?lvarez-Cascos, y la ministra de cultura, Esperanza Aguirre". O sea que los ¨¦xitos son del Gobierno y los fracasos de Europa. Como siempre. ?Cu¨¢ndo aprender¨¢ nuestra alcaldesa a asumir sus responsabilidades? La talla de un pol¨ªtico se mide por su capacidad de influencia y convicci¨®n, en este caso el peso o poder valenciano est¨¢ bajo m¨ªnimos, nadie pinta nada en Madrid, y sobre todo por la aceptaci¨®n de los ¨¦xitos y fracasos. Hay que saber dar la cara y estar a la altura de las circunstancias cuando los acontecimientos vienen de cara y cuando se tuercen y se transforman en fracasos. No se puede cometer la irresponsabilidad de culpar a las instituciones cuando las cosas van mal, m¨¢xime tergiversando el planteamiento. Hay que madurar pol¨ªticamente y superar los h¨¢bitos infantiles que dicen he aprobado cuando saca buenas notas y me ha suspendido el profesor cuando el resultado es negativo. Seriedad. Aurelio Mart¨ªnez Est¨¦vez es portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento de Valencia
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