Una protesta contra el maltrato a presos da fin a la "semana de lucha social"
Las denominadas jornadas de lucha social, iniciadas el lunes con la ocupaci¨®n de un hotel en Gran V¨ªa y convocadas por parados, okupas y los grupos de apoyo a marginados Coordinadora de Barrios y Madres Unidas contra la Droga, finalizaron ayer con una marcha de denuncia de la situaci¨®n de las c¨¢rceles, en la que participaron 500 personas. La protesta de ayer acab¨® con incidentes, cuando un hombre trat¨® de arrollar a unas mujeres que denunciaba en el Simago de la calle de Toledo el "alto" precio de las compresas.
A lo largo de esta ¨²ltima semana, estos colectivos han sacudido la capital con unas protestas planeadas al estilo de las desarrolladas por los parados franceses a principios de este a?o en Par¨ªs. Con una consigna inconformista ("Rompamos el silencio. Siete d¨ªas de lucha. Mayo del 98"), salieron a la calle para criticar las situaciones de discriminaci¨®n generadas por el desempleo y la inmigraci¨®n e "irrumpir en medio del decorado del supuesto Estado del bienestar".El pasado lunes ocuparon el antiguo hotel Avenida, en el n¨²mero 34 de la Gran V¨ªa. Su objetivo era utilizar el edificio como cuartel general de sus protestas. Tuvieron que abandonarlo a las cuatro horas. La acci¨®n fue pac¨ªfica, pero a la salida los agentes detuvieron a un c¨¢mara de la televisi¨®n local TeleK. Eso encorajin¨® a los manifestantes, que pidieron su puesta en libertad. Los agentes respondieron con una violenta carga policial en la que hubo cuatro contusionados y que ha supuesto la apertura de una investigaci¨®n interna.
Desalojados del hotel, los organizadores de las jornadas de lucha social ubicaron su sede en una parroquia de Entrev¨ªas. El mi¨¦rcoles quisieron dar un nuevo golpe de efecto: autoinvitarse a comer en el lujoso hotel Palace. Al final desecharon el plan al comprobar que la polic¨ªa custodiaba el lugar. Decidieron entonces reducir sus expectativas e irrumpir en el Continente de Aluche, situado en una zona obrera, para consumir productos sin pagarlos y reivindicar un mejor reparto de la riqueza y denunciar que hay familias que no tienen ni para adquirir productos b¨¢sicos.
El pen¨²ltimo acto tuvo lugar el viernes en una oficina del Inem de Atocha. All¨ª corearon consignas contra el trabajo en precario. El final de la agitada semana tuvo como escenario el centro de Madrid. Los manifestantes se concentraron ayer en Cibeles y caminaron hasta la Puerta del Sol con 319 letreros conel nombre de otros tantos pre-sos supuestamente torturados o muertos en circunstancias no aclaradas. Bajo las pancartas, familiares, amigos y compa?eros de esos presos, cada uno con una historia dram¨¢tica sobre sus espaldas, como la de Pedro Mart¨ªn, que ha denunciado a tres funcionarios de la prisi¨®n de Soto del Real bajo la acusaci¨®n de apalear y vejar su hijo.
"Las c¨¢rceles son centros de exterminio", "Abajo los muros de las prisiones", "Preso torturado, crimen de Estado", repitieron todos los concentrados hasta llegar a la Puerta del Sol. En el kil¨®metro cero, los manifestantes bloquearon la calle con una sentada en la que el cura Enrique Castro hizo de portavoz de estos colectivos y critic¨® la situaci¨®n de las c¨¢rceles.
Medio centenar de mujeres acudieron al Simago situado al final de la calle de Toledo para denunciar los precios "sangrientos" de las compresas. Al salir del centro ocuparon la calle.
Un conductor empez¨® a tocar el claxon para que le abrieran el paso. El hombre dio un aceler¨®n y golpe¨® con el parachoques a una mujer. Las manifestantes agredieron al conductor, golpearon su coche y le rompieron el parabrisas. El hombre consigui¨® huir.
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