Z¨¹lle sigue cediendo

El Giro se asent¨® en la segunda etapa dolom¨ªtica. No hubo m¨¢s terremoto, ni revoluci¨®n, ni Pirata desafiando las leyes de la gravedad, pero a¨²n as¨ª las noticias siguieron siendo malas para Alex Z¨¹lle, el hombre m¨¢s fuerte de las dos primeras semanas que en la tercera se est¨¢ deshaciendo, perdiendo el Giro como arena entre los dedos (m¨¢s de un minuto perdi¨® ayer). Tampoco fueron demasiado buenas para Pantani, el hombre m¨¢gico capaz de dar la vuelta a una situaci¨®n establecida con un solo ataque. El Pirata, quiz¨¢s resinti¨¦ndose de los esfuerzos de la v¨ªspera, no pudo despegar a Tonkov, incluso tuvo que sufrir para aguantar su ritmo, y perdi¨® ante ¨¦l la etapa y cuatro segundos de bonificaci¨®n.Tambi¨¦n la jornada ofreci¨® extra?os movimientos de gregarios (fugas de Camenzind y Jeker, los suizos de T¨®nkov y Z¨¹lle; trabajo de Chepe Gonz¨¢lez para Pantani, abortado al poco tiempo por un airado Pino) y la consolidaci¨®n entre los 10 primeros de la general de Daniel Clavero (Vitalicio Seguros), ahora s¨¦ptimo tras el hundimiento de Forconi, y de Jos¨¦ Luis Rubiera (Kelme), noveno tras el mal d¨ªa de Belli y Gontchar.

A falta de dos jornadas de las de marcar diferencias, una etapa de monta?a (hoy, con final en el tremendo Plan de Montecampione), y una contrarreloj (el s¨¢bado, v¨ªspera del final, 34 kil¨®metros entre Mendrisio y Lugano), la ventaja de Pantani sobre Tonkov, ganador del Giro de 1996, es de 27s, y de 2.08m sobre Z¨¹lle. La l¨®gica dice que el ruso es superior a ese tiempo en la contrarreloj y que el l¨ªmite del actual Z¨¹lle estar¨¢ en esos dos minutos. Eso s¨®lo significa una cosa: si quiere ganar su primera gran ronda, el escalador calvo est¨¢ obligado hoy a un ataque lejano y devastador. A Tonkov le basta con resistir, y a Z¨¹lle, que las fuerzas le vuelvan a un cuerpo agotado. Y s¨®lo Tonkov parece en medida de lograr que sus deseos se conviertan en realidades. Ayer, por lo menos, demostr¨® que es el m¨¢s fuerte de los pretendientes. "Creo que voy a ganar el Giro", ya se aventur¨® ayer a decir el ruso del Mapei, evidentemente de acuerdo con su opini¨®n.

El asentamiento dolom¨ªtico significa que las tendencias apuntadas la v¨ªspera se consolidaron en una etapa muy corta (115 kil¨®metros), pero muy dura (tres puertos, con final en el terror¨ªco Alpe di Pampeago). P¨¢vel Tonkov y Marco Pantani volvieron a demostrarse superiores a Z¨¹lle en la monta?a, aunque esta vez no hubo ataque de gran estilo ni empresa ¨¦pica. Fue una tarea de desgaste, que Z¨¹lle incluso convirti¨® en autodesgaste con un ataque en el segundo puerto (Lavaze), y que concluy¨® a seis kil¨®metros de la meta cuando, aislado Z¨¹lle, Pantani lanz¨® su habitual ataque.

Pero esta vez el asunto fue diferente: el explosivo Pantani no existi¨®. Tonkov, que en ninguna etapa anterior fue capaz de resistir las explosiones del pr¨ªncipe de las cumbres, aguant¨® muy tranquilo sus tirones. Y hasta se permiti¨® el lujo de ense?arle su rueda trasera al fonal de la subida. Ya en ese momento, el ruso se dio cuenta de que su verdadero rival para la contrarreloj es Z¨¹lle.