Oto?o del 83
Todo es indigno en este asunto de los GAL: los que seguramente convencieron a sus jefes acusan a ¨¦stos para salvarse ellos, y los jefes imitan al concejal Bartol¨ªn en su pat¨¦tica negaci¨®n de la evidencia. Vera y Barrionuevo saben que es demasiado tarde para casi todo: las justificaciones o atenuantes que podr¨ªan alegar son de naturaleza pol¨ªtica: invocables ante la opini¨®n p¨²blica si hubieran asumido la responsabilidad pol¨ªtica en su momento, pero no ahora ante un tribunal.De haberla asumido en su d¨ªa, podr¨ªan haber alegado en su descargo que en 1983 se les exig¨ªa acabar con ETA como fuera si no quer¨ªan que ETA acabara con la democracia; y que la posibilidad de recurrir a la guerra sucia no se les hubiera ocurrido sin la existencia de antecedentes de esa pr¨¢ctica con gobiernos anteriores. Que hubo una decisi¨®n pol¨ªtica -y no s¨®lo policial- en el nacimiento de los GAL es evidente, pero tambi¨¦n que existe una continuidad entre la guerra sucia del periodo 1975-1980 y la amparada por esas siglas. Los mismos pistoleros que asesinaron a Argala en 1978, por ejemplo, aparecen en las primeras acciones de los GAL. Afirmar que los ministros de la ¨¦poca desconoc¨ªan las actividades de esos pistoleros, mientras que las de los GAL eran impulsadas desde el poder, es una distinci¨®n casi c¨ªnica. Como reconoci¨® un responsable de Interior de aquellos a?os a los autores del libro Golpe Mortal (Ediciones EL PA?S. 1983), en asuntos como el del atentado contra Argala "las polic¨ªas deben arreglarse entre ellas", porque "los pol¨ªticos no deben saber de estas cosas".
Vera declar¨® ayer que el fracaso de la detenci¨®n de Larretxea -el poli-mili al que intentaron secuestrar los GEO para intentar salvar la vida del capit¨¢n Mart¨ªn Barrios- les "escarment¨®" de ensayar nuevos "experimentos". M¨¢s veros¨ªmil es suponer, como insinu¨® Sancristobal, que el esc¨¢ndalo internacional provocado por la detenci¨®n en territorio franc¨¦s de esos polic¨ªas espa?oles inspir¨® a alguien la posibilidad de recurrir a mercenarios, seg¨²n una t¨¦cnica ya ensayada en el pasado. Ponerse en manos de pistoleros del hampa contratados por alguien como Amedo era apostar por el peor de los desenlaces, como se ver¨ªa algunos a?os despu¨¦s. Pero en 1983 muchas personas, incluyendo algunas que luego encabezar¨ªan la denuncia de los socialistas por haberles hecho caso, pensaban que la guerra sucia era un recurso leg¨ªtimo, o al menos inevitable.
El desarrollo del juicio est¨¢ reconstruyendo algunos hechos, pero no el clima emocional en que se produjeron. La lectura del anuario del diario Egin correspondiente a los a?os 1983-84 permite recuperar, si no ese clima, algunos de los elementos que lo determinaban. Seg¨²n esa publicaci¨®n, entre el secuestro de Mart¨ªn Barrios, el 5 de octubre de 1983, y el de Segundo Marey, el 5 de diciembre, ocurrieron, entre otros, los siguientes hechos: Jueves, d¨ªa 6: estallan dos artefactos en la comisar¨ªa de Ir¨²n; viernes, 7: ETA (pm) amenaza con ejecutar a Mart¨ªn Barrios si TVE no da lectura a un comunicado de la organizaci¨®n; d¨ªa 8: ETA asesina en Hernani a J.J. Pulido; d¨ªa 12: 4 kilos de goma 2 en un banco de Villabona; 13: atentado mortal contra el guardia ?ngel Flores; 14: TVE promete leer el comunicado de los poli-milis cuando Mart¨ªn Barrios sea liberado; 15: un guardia civil muerto y dos heridos en O?ate; desaparici¨®n de Lasa y Zabala en Bayona; martes 18: asesinato del m¨¦dico de la prisi¨®n de El Puerto de Santa Mar¨ªa; intento de secuestro de Larretxea; mi¨¦rcoles 19: aparece el cad¨¢ver de Mart¨ªn Barrios cerca de Bilbao; bomba en Altos Hornos de Vizcaya; desactivadas dos bombas en Burgos; 20: asesinato en Renter¨ªa del panadero C¨¢ndido Cu?a; 23: coche bomba en San Sebasti¨¢n; una ni?a, hija de un guardia civil, herida en atentado contra el cuartel de Lecumberri; 26: asesinado un carnicero en Ir¨²n; 27: un sector de ETA (pm) amenaza con actuar contra los militantes que se acojan a la reinserci¨®n; 28: HB anuncia querella criminal contra Fraga por "apolog¨ªa del terrorismo de Estado"; 30: bomba en un banco de Getxo.
Y todav¨ªa: 4 de noviembre, dos bombas en Burgos; Manuel Carrasco, asesinado en atentado en Bilbao; martes 8: secuestro del industrial J.Cruz Larra?aga en Beasain; 9: asesinado a tiros un exlegionario en Bilbao; 12: 50 kilos de goma 2 en una furgoneta abandonada en San Sebasti¨¢n; asesinado en Bermeo un oficial de Marina; 17: liberado Larra?aga tras pago del rescate; 22: dos bombas de ETA (m) en Pamplona; 27: ETA (m) asesina en Vitoria a J. A. Juli¨¢n; 30: dos guardias heridos en atentado en Leiza; 2 de diciembre: ocho bombas en varias localidades; lunes, 5 de diciembre: secuestro de Segundo Marey.
La guerra sucia fue una respuesta equivocada a quienes exig¨ªan acabar con esa situaci¨®n "como sea". Algunos, como EL PAIS, lo dijeron entonces; otros, a?os despu¨¦s: cuando no hab¨ªa remedio.
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