Anguita contesta con un "s¨ª" a la oferta de di¨¢logo lanzada por Almunia
No hubo siquiera que votar. Hubo asentimiento general para aceptar la posibilidad de di¨¢logo entre IU y el PSOE. Nadie en la presidencia federal de Izquierda Unida, y a pesar de alguna peque?a reticencia, quiso poner en peligro la apertura de conversaciones entre las dos fuerzas de izquierdas. Julio Anguita, coordinador general, contestar¨¢ por escrito -como es su costumbre- a Joaqu¨ªn Almunia, secretario general del PSOE. Y a partir del 20 de junio sendas delegaciones abrir¨¢n el proceso de di¨¢logo en la izquierda.
Bastaron tres horas para que la presidencia federal de Izquierda Unida aceptara "por asentimiento general" abrir negociaciones con los socialistas. Julio Anguita enviar¨¢ una carta a Almunia en la que le expresar¨¢ que, aunque existen discrepancias, est¨¢ dispuesto a buscar v¨ªas de acuerdo.En la misma ma?ana de ayer, Anguita se hab¨ªa reunido con gente de su confianza para preparar la reuni¨®n de la tarde. Con ¨¦l estaban Rosa Aguilar, Pedro Granados, V¨ªctor R¨ªos, Teresa Molares e Isabelo Herreros. Francisco Frutos, Juan Francisco Mart¨ªn Seco y ?ngel P¨¦rez, aunque hab¨ªan sido invitados, no estuvieron presentes en el encuentro. En la reuni¨®n, Anguita defendi¨® la necesidad de abrir el di¨¢logo con el PSOE. De su misma opini¨®n fueron Rosa Aguilar y Felipe Alcaraz. Los dos apoyaron la necesidad de negociar con el PSOE.
La carta de Anguita, si bien se mira, tendr¨¢ un caro franqueo, y no tanto porque haya que haber reunido a toda la presidencia federal. La carta es cara porque supone un cambio de rumbo muy importante en la pol¨ªtica de IU. Igual que Anguita hiciera en el debate del estado de la Naci¨®n del pasado 12 de mayo, ayer la presidencia federal restaba importancia a las discrepancias que, obviamente, separan a ambas organizaciones.
Obst¨¢culos insalvables
Las diferencias siguen ah¨ª. Pero nadie quiere que se constituyan en obst¨¢culos insalvables. Ayer mismo, V¨ªctor R¨ªos, coordinador de presidencia, admit¨ªa que la construcci¨®n europea segu¨ªa siendo piedra de toque con los socialistas. Y admit¨ªa que los acuerdos electorales en municipios y autonom¨ªas plantean alg¨²n que otro escollo. Pero admitido eso, tambi¨¦n apostaban por la necesidad de buscar lo que une a unos y otros, incluso, para darse fuerza a s¨ª mismo utilizaba expresiones de la carta de Joaqu¨ªn Almunia en la que ¨¦ste hac¨ªa notar que, al final, las diferencias program¨¢ticas en estos ¨¢mbitos no son tan grandes.
Anguita se ver¨¢ con Almunia, y pronto. O, al menos, ¨¦l desea que pronto. Luego, a partir del 20 de junio, delegaciones de una y otra formaci¨®n ir¨¢n desbrozando la mara?a program¨¢tica que les separa y les une. No ser¨¢ un camino f¨¢cil. Pero todo hace sospechar que el deseo de IU, compartido con los socialistas, de echar a la derecha del poder les unir¨¢ en el mismo af¨¢n.
La presidencia federal de ayer no fue, sin embargo, ning¨²n camino de rosas. Es verdad que la delegaci¨®n andaluza mostr¨® sus reticencias a las facilidades de di¨¢logo que el propio Anguita propon¨ªa.
Pero, en cualquier caso, la impresi¨®n general era la de apostar por un proyecto basado en los acuerdos entre las fuerzas de izquierdas. M¨¢s que nada, porque IU tiene muy poco que perder en esta aventura. Abrirse al di¨¢logo no supone para la formaci¨®n de Anguita peligro alguno. Todo lo contrario, cuanto m¨¢s abierta se presente ante la opini¨®n p¨²blica, m¨¢s capacidad tendr¨¢ de cosechar votos, o, al menos, no perderlos.
De todas formas, no hay que interpretar que Izquierda Unida se entrega desarmada al PSOE. Julio Anguita sigue insistiendo en que cualquier acuerdo no puede hacerse sobre la base de renunciar a sus principios program¨¢ticos. "Programa, programa, programa" es todav¨ªa la punta de lanza con la que el coordinador general de la coalici¨®n arrastra sus ej¨¦rcitos.
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