Juan Jos¨¦ Mill¨¢s reivindica el valor de la escritura como forma de cambiar el mundo
El escritor Juan Jos¨¦ Mill¨¢s reivindic¨® ayer en San Sebasti¨¢n el valor de la palabra escrita como medio para modificar la realidad. "La lectura y la buena relaci¨®n con la escritura", dijo el autor valenciano, "pueden cambiar el mundo". Mill¨¢s inaugur¨® unas jornadas sobre el proceso de creaci¨®n literaria que organiza Donostia Kultura como clausura de los talleres que se desarrollan en las casas de cultura de San Sebasti¨¢n a lo largo de todo el a?o.
Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, premio Nadal de 1990 por su novela La soledad era esto, lleg¨® a la capital guipuzcoana con el ¨¢nimo de ense?ar, pero tambi¨¦n de aprender de la reuni¨®n que mantuvo con los cerca de 70 alumnos de los talleres durante cuatro horas. Y es que el escritor est¨¢ convencido de que para convertir estos c¨®nclaves en reuniones fruct¨ªferas es imprescindible situarse en una perspectiva de ingenuidad. "El profesor que se presenta ante una clase pensando que ¨¦l es el depositario del saber, convencido de que va a verter ese saber en los alumnos como quien vierte el agua de una jarra en un vaso, no tiene la posibilidad de aprender nada. Y quien no aprende nada", dijo desde la modestia, "no est¨¢ capacidado para ense?ar". Esta afirmaci¨®n nace fruto de la experiencia del escritor en actividades como la de ayer. "En encuentros como ¨¦ste he aprendido que no existen reglas externas y que siempre hay alguien capaz de mirar algo de un modo que todav¨ªa nadie ha visto". Por eso, el escritor valenciano, autor de obras como Cerbero son las sombras, El desorden de tu nombre, Volver a casa o Tonto, muerto, bastardo e invisible, quiere ser cada d¨ªa m¨¢s ingenuo y conservar esta capacidad intacta a lo largo de los a?os, porque supone, a su juicio, "una de las pocas conquistas morales que uno puede realizar". "M¨¢s ingenuo que ayer" "Mi planteamiento radica", dijo antes de la reuni¨®n literaria, "en ver si hoy consigo ser m¨¢s ingenuo que ayer, pero menos que ma?ana, porque eso me permitir¨¢ ver al rey desnudo cuando va desnudo [en referencia al cuento de Andersen] y no como dice el Ministerio de Interior o de Cultura c¨®mo debo ver al rey". El escritor abog¨® por promocionar una lectura, pero sobre todo desde una visi¨®n cr¨ªtica. No en vano considera la palabra como un medio inmejorable para modificar la realidad. "La lectura y la buena relaci¨®n con la escritura", destac¨®, "pueden cambiar el mundo. De hecho, todos somos hijos y herederos de los modelos amorosos de relaci¨®n sentimental que ha creado la literatura a lo largo de los siglos". Mill¨¢s profundiz¨® en la relaci¨®n del mundo con la escritura e invit¨® a sus interlocutores a plantearse la hip¨®tesis de la desaparici¨®n de mitos literarios como El Quijote, Anna Karenina o Madame Bovary. Y se respondi¨® ¨¦l mismo: "Ser¨ªamos completamente distintos, porque nuestros modelos de comportamiento proceden en gran parte de la literatura". Su firme convicci¨®n de la importancia de la palabra le llev¨® a resaltar el valor de las bibliotecas "que est¨¢n recuperando el sentido que nunca debieron perder". Mill¨¢s record¨® que durante algunos a?os estos centros se han erigido en espacios para acoger s¨®lo a estudiantes de instituto. Sin embargo, desde su experiencia, el escritor aprecia una recuperaci¨®n de su sentido inicial. "Hoy se alzan cada vez m¨¢s en centros de referencia. La gente no s¨®lo estudia o va a buscar o a devolver un libro; se van creando tambi¨¦n grupos de intereses que trabajan sobre la palabra y crean por ejemplo sus propias revistas". Precisamente Mill¨¢s trabaj¨® ayer sobre los cuentos escritos por los alumnos de los talleres durante todo el a?o en bibliotecas o casas de cultura. Particip¨® desde una posici¨®n "militante", porque "¨¦stas son las cosas que merece la pena apoyar".
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