Los cient¨ªficos ven el miedo en acci¨®n
Es tarde, en una noche fr¨ªa, con niebla y sin luna, y usted regresa s¨®lo a casa por una calle larga, estrecha y oscura. Todo est¨¢ en silencio, excepto por unas pisadas... las suyas ?o no? Ve algo en movimiento en las sombras. Aprieta el paso, y se le acelera el coraz¨®n, a la vez que se le encoge el est¨®mago y se le eriza el vello de la nuca. Son las cl¨¢sicas manifestaciones de una emoci¨®n llamada miedo.El miedo es producto de un sistema nervioso que ha evolucionado para detectar el peligro y producir autom¨¢ticamente una respuesta r¨¢pida de protecci¨®n. El cerebro est¨¢ programado para responder a peligros rutinarios, pero tambi¨¦n puede aprender acerca de nuevos peligros r¨¢pidamente. Si tenemos suficiente suerte como para sobrevivir a una experiencia potencialmente fatal, el sistema de defensa aprende de ella para ayudarnos a evitar amenazas similares en el futuro.
Pese a ser una de las emociones m¨¢s b¨¢sicas, se conoce muy poco acerca de c¨®mo est¨¢n representadas en el cerebro las respuestas emocionales. Sin embargo, ha habido ¨²ltimamente un enorme inter¨¦s por averiguar d¨®nde exactamente residen en el cerebro las rutas del miedo. Cuatro investigaciones acerca de las rutas del miedo en el cerebro se han dado a conocer hace unos d¨ªas.
Se ha sugerido que las emociones y el aprendizaje emocional residen en el llamado sistema l¨ªmbico de las profundidades cerebrales. Pero recientemente, a medida que se han desarrollado t¨¦cnicas m¨¢s sensibles de esc¨¢ner, los cient¨ªficos han sido capaces de centrarse m¨¢s espec¨ªficamente en emociones individuales.
Todas las emociones han evolucionado por diferentes razones y, por tanto, no es sorprendente que tengan rutas y centros diferentes en el cerebro. La percepci¨®n del miedo ha sido localizado en un ¨¢rea espec¨ªfica del sistema l¨ªmbico denominado la am¨ªgdala. Estudios previos realizados en ratas y en personas con el cerebro da?ado hab¨ªan apuntado hacia esa regi¨®n, pero ahora ha sido vista en acci¨®n directamente en voluntarios sometidos en experimentos a situaciones y est¨ªmulos de miedo, asi como haciendo juicios sociales acerca de personas desconocidas.
Dos investigaciones presentadas en la revista Neuron y otra en Nature (4 de junio) han utilizado t¨¦cnicas de imagen cerebral para estudiar la memoria emocional condicionada por el miedo. El condicionamiento es el tipo de aprendizaje por el que asociamos un est¨ªmulo previo neutro (como una cara o un sonido desconocidos) con otro est¨ªmulo, que puede ser desagradable.
Christian Buchel del Departamento Wellcome de Neurolog¨ªa Cognitiva y sus compa?eros explica en Neuron que las caras asociada con un sonido desagradable conducen r¨¢pidamente a una respuesta adversa a la cara sola, y las regiones del cerebro implicadas en la mediaci¨®n de esta respuesta est¨¢n en la am¨ªgdala. Kevin LeBar demuestra, tambi¨¦n en Neuron, un descubrimiento similar en el sentido de que la am¨ªgdala es espec¨ªfica y tempranamente activada en el aprendizaje del miedo y tambi¨¦n en la extinci¨®n del miedo.En el tercer estudio, Ray Dolan y colegas indican que la am¨ªgdala tambi¨¦n esta involucrada en la mediaci¨®n inconsciente de las respuesta emocionales aprendidas (cuando ni siquiera sabemos que hemos visto al amenazador). Esto se hace mostrando un rostro enfadado, condicionado para ser considerado desagradable, durante un breve periodo de tiempo justo antes de mostrar una cara neutra. Aunque los voluntarios no se dan cuenta siquiera de que han visto el rostro desagradable, se activa la ruta del miedo de la am¨ªgdala.
En el cuarto estudio, tambi¨¦n publicado en Nature, Antonio R.Damasio y sus compa?eros ponen estos hallazgos en un contexto de comportamiento. Ellos destacan el papel de la am¨ªgdala en la obtenci¨®n de conocimiento socialmente relevante sobre la base de la apariencia de la cara.
Los investigadores han descubierto que los pacientes con da?os en la am¨ªgdala en ambos hemisferios cerebrales tienden m¨¢s a juzgar a individuos desconocidos como fiables y amistosos que quienes carecen de da?os o s¨®lo tienen lesionada una parte de la am¨ªgdala.Esto, presumiblemente, depende de la capacidad de acceder a recuerdos pasados en experiencias emocionales previas. .
Nature News Service.
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