Dramaturgia por exceso
Hay en el espacio esc¨¦nico -quiz¨¢ no se pueda decir escenario: es una peque?a llanura bajo los espectadores, que se encuentra en una relaci¨®n de superioridad- dos parejas: una de criminales, otra de polic¨ªas. O sea, de perseguidos y de perseguidores. Y esto forma una dial¨¦ctica teatral cl¨¢sica y bien ideada. Dentro de cada pareja hay una relaci¨®n de opresi¨®n, como en el viejo sistema de amo / esclavo, lo cual aumenta las dimensiones. El amo es macho, el esclavo es hembra -y no pasiva-, y eso tambi¨¦n tiene otros valores tradicionales renovados. Los di¨¢logos est¨¢n bien escritos, las reflexiones est¨¢n bien expresadas.Todo esto est¨¢ envuelto en dramaturgia. Es decir: el autor y sus colaboradores no conf¨ªan en la capacidad del texto, que ser¨ªa muy suficiente, y lo envuelven en ciertos sonidos, gritos, susurros, coreograf¨ªas, silencios, luces y m¨²sicas.
Plomo caliente
Texto, producci¨®n y direcci¨®n esc¨¦nica: Antonio Fern¨¢ndez Lera. Int¨¦rpretes: Miguel ?ngel Altet, Rosario Santesmases, Carlos Fern¨¢ndez, Nekane Santamar¨ªa. Espacio esc¨¦nico y vestuario: Rodrigo Garc¨ªa. Iluminaci¨®n: Carlos Marquer¨ªe. Sala Cuarta Pared.
Suele ocurrir que cuando la dramaturgia es exagerada y no es s¨®lo una prolongaci¨®n necesaria del texto y la acci¨®n, echan a perder los valores originales. Aqu¨ª sucede as¨ª. Sin negar sus valores: el efecto pict¨®rico de Rodrigo Garc¨ªa, la danza grecorromana de actor y actriz, los gritos agudos o los susurros, tienen por s¨ª solos fuerza y valor. Pero parece que est¨¢n hechos con independencia del fondo de la obra y de su texto. Vivimos en tiempo en el que los creadores de estos espect¨¢culos de ensayo no suelen aprender del p¨²blico, sino que tratan de educarle, conducirle o manejarle a la fuerza: si pudieran aprender, observar¨ªan que la acogida principal de los espectadores (aparte, claro, del grato y humano entusiasmo de amigos y compa?eros que corea estos estrenos) se fija en las escenas donde se relata algo, y de una manera especial en las que suponen una dial¨¦ctica, una lucha entre dos personas: incluso cuando tienen aspecto de sainete y de pelea conyugal, en situaciones donde la violencia de la frase y la ruptura de lenguaje de las palabras tienen valor literario de transgresi¨®n.
Observar¨ªan tambi¨¦n que el tonillo salm¨®dico que quieren buscar no funciona bien cuando se aleja del contenido, cuando alg¨²n actor hace incomprensible su mon¨®logo, y que en cambio multiplica su valor cuando lo dice una actriz como Rosario Santesmases: por capacidad de proyecci¨®n de voz, y tambi¨¦n por interpretaci¨®n, por dar fuerza al sentido del texto.
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