Marruecos causa una magn¨ªfica impresi¨®n
Noruega logra empatar a bal¨®n parado un encuentro que jugaron mejor los africanos
La clausura de la jornada result¨® m¨¢s l¨²dica que la apertura. En Montpellier y ante dos conceptos de juego opuestos, hubo un buen partido, en la l¨ªnea que apuntaba el buen expediente de los dos contendientes. Marruecos desafi¨® a Noruega con un juego de buen ver. Fue un equipo m¨¢s vistoso y futbol¨ªstico que el n¨®rdico, agarrado a su f¨ªsico y poder de intimidaci¨®n. Los noruegos s¨®lo sobrevivieron a bal¨®n parado, en dos acciones puntuales, frente al f¨²tbol m¨¢s din¨¢mico y denso del rival, traicionado solamente por su falta de oficio.Parec¨ªa de arrancada un partido pintado para Tore Andre Flo. El ariete noruego llen¨® el campo en el primer cuarto de hora. Se dej¨® caer a las bandas, busc¨® los centros cruzados de los medios y dej¨® en evidencia a la defensa de Marruecos, mal puesta y poco trabajada t¨¢cticamente, sobre todo en los flancos y en los balones cruzados. El f¨²tbol de acero inoxidable de Noruega dur¨® lo que tard¨® Hadji en atarse las botas.
El equipo de Michel pas¨® un mal rato. La presi¨®n y la velocidad del rival le imped¨ªa el control de la pelota. Pero bast¨® la aparici¨®n de Bassir y Hadji y el acompa?amiento de Chiba, para que entre los tres representantes del f¨²tbol gallego cambiaran el discurso del partido. El cuero baj¨® al suelo, el toque le pudo al f¨²tbol sin bal¨®n, el acompa?amiento desbanc¨® al desplazamiento y el partido lo agradeci¨®.
El gol marroqu¨ª retrat¨® la situaci¨®n. Hadda cogi¨® la pelota a la contra, la toc¨® para la salida por la izquierda de Hadji y el interior le rompi¨® la columna a Eggen con un control, un recorte de dentro para fuera y un remate cruzado. La suerte acompa?¨® entonces a Noruega. Chippo expres¨® los problemas de la zaga marroqu¨ª en el juego a¨¦reo, frente a la envergadura rival, y el equipo de Olsen atrap¨® el empate a la salida de una falta a un minuto del descanso.
El gol no alter¨®, sin embargo, el tono del encuentro. No estuvo a gusto Noruega en el campo frente a un rival que, apoyado en el entrejuego, le oblig¨® a correr como un son¨¢mbulo. Marruecos mantuvo la pelota y dirigi¨® el choque a su manera. Hadda fall¨® un primer remate, estuvo timorato en un cabezazo a un metro del portero, pero no fall¨® en el segundo. Busc¨® la espalda de los centrales y, tras un control precioso, empalm¨® a la red.
Tuvo el segundo tiempo un gui¨®n tan parecido al primero que el empate lleg¨® de igual manera y con la misma inmediatez. Otra pelota a bal¨®n parado, el portero que se afloja, la zaga que no despeja, y Eggen caza el empate. El marcador estuvo nuevamente amenazado en uno y otro bando, pero Marruecos no repiti¨® ni sus aciertos ni tampoco sus errores ante una Noruega sorprendida por el ajetreo que le provoc¨® un partido que, de entrada, parec¨ªa suyo.
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