Los indiferentes
Indiferencia no es neutralidad. Pudo comprobarse cuando le preguntaron en el juicio a Barrionuevo por el secuestro de Marey y otras fechor¨ªas de los GAL, y respondi¨® que no era lo que m¨¢s le hab¨ªa dolido. Sus restantes respuestas, como las de Vera, rezumaban indiferencia ante todas las ilegalidades cometidas en el ¨¢mbito de su jurisdicci¨®n. No se trataba ¨²nicamente de la comprensible actitud de defender la propia inocencia, sino que nada les conmov¨ªa que bajo su gesti¨®n se pusiera en marcha una f¨¢brica de cr¨ªmenes chapuceros supuestamente dirigida a acabar con ETA. De creerles, aunque los ejecutores lo preparaban todo y encerraban a los secuestrados en Espa?a, como la caza o el crimen ten¨ªan lugar en Francia, no era cuesti¨®n suya. No saben nada, no hablaron con nadie, ni el asunto les preocup¨®. Pocas veces la indiferencia puede mostrar mejor el menosprecio de unos pol¨ªticos hacia el Estado de derecho.A fin de cuentas, quiz¨¢s Vera y Barrionuevo se ganen la absoluci¨®n, prospere el clavo ardiendo de la prescripci¨®n o sean efectivamente otro u otros los verdaderos culpables: el da?o en la opini¨®n p¨²blica y en la conciencia democr¨¢tica est¨¢ pr¨¢cticamente consumado. Por eso resulta imprescindible que se haga justicia en este caso, a efectos de limpiar la capa de basura que unos pol¨ªticos hicieron y hacen caer sobre nuestras instituciones. Por acci¨®n, o por complicidad u omisi¨®n. Y no se trata de ejercicios de imaginaci¨®n: los culpables est¨¢n necesariamente entre los polic¨ªas y la c¨²pula de Interior, con las sabidas extensiones hacia Cesid y Guardia Civil. Cualquier ciudadano tiene derecho a denunciar que la impunidad y el encubrimiento son aqu¨ª otros tantos atentados contra la democracia.
Es, pues, indiferencia culpable la que practica quien se niega a plantearse la cuesti¨®n de la responsabilidad efectiva de unos hechos. En la otra vertiente del terrorismo tenemos un buen ejemplo en la reciente homil¨ªa del obispo Seti¨¦n para el funeral de la etarra Ignacia Ceberio. Formalmente, no hay tal indiferencia, porque el obispo acumula las expresiones de lamentaci¨®n, dolor, e incluso "turbaci¨®n". El vocabulario utilizado es asimismo de ra¨ªz cristiana, con el habitual llamamiento a todos los corazones para que centren sus esperanzas en Dios.
La infracci¨®n del orden en la argumentaci¨®n de Seti¨¦n reside en que si bien reconoce que la muerte se debi¨® a un "enfrentamiento armado", renuncia a examinar las causas efectivas de la extra?a conducta de recibir a tiros a los representantes de la ley. Al igual que Barrionuevo y Vera se muestran indiferentes ante secuestros, torturas y muertes producidos por los GAL, el obispo es indiferente ante el hecho innegable de que la etarra, como sus compa?eros, hab¨ªan elegido el camino de emplear el crimen como arma pol¨ªtica con el prop¨®sito consciente de eliminar a una larga serie de dem¨®cratas.
En la circunstancia de la homil¨ªa, este aspecto fundamental hubiera podido omitirse, pero siempre que el texto se atuviera al mensaje cristiano de perd¨®n y salvaci¨®n. Lo que resulta especialmente indigno, dado que Seti¨¦n habla en calidad de vocero de una religi¨®n nada equ¨ªvoca al abordar estos temas de responsabilidad del individuo, sobre todo, al causar la muerte del pr¨®jimo, es que pase por alto la determinaci¨®n de tal responsabilidad y coloque a continuaci¨®n un mensaje pol¨ªtico primario, basado en la existencia de un supuesto conflicto donde todos resultan iguales ("conflicto entre hermanos").
As¨ª, partiendo de ese fraude argumental, Seti¨¦n puede prescindir de toda la tradici¨®n b¨ªblica y cristiana, desde Ca¨ªn y Abel, quienes ten¨ªan bien distribuidos los papeles, hasta la pacem in terris, donde el catolicismo integr¨® las cuestiones de la libertad y de la participaci¨®n pol¨ªtica que el terrorismo viene a destruir. Cuando la doctrina de la propia Iglesia es tan clara, ?c¨®mo puede atreverse a hablar del "fracaso de una sociedad" porque una minor¨ªa practique el crimen pol¨ªtico? ?Fue un fracaso de los jud¨ªos la puesta en acci¨®n del terror nazi? ?La democracia no sirve? ?Cu¨¢les son los "derechos de las personas y de los pueblos"? A la vista de la homil¨ªa, la soluci¨®n de Seti¨¦n es clara: la autodeterminaci¨®n, di¨¢logo mediante, forzada a punta de pistola. Extra?o dios el suyo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Terroristas ETA
- Opini¨®n
- Jos¨¦ Mar¨ªa Seti¨¦n Alberro
- Ignacia Zeberio Arruabarrena
- Muerte terroristas
- Declaraciones prensa
- Iglesia Cat¨®lica espa?ola
- Terroristas
- Comunidades aut¨®nomas
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Pa¨ªs Vasco
- Gente
- ETA
- Grupos terroristas
- Iglesia cat¨®lica
- Espa?a
- Administraci¨®n p¨²blica
- Terrorismo
- Pol¨ªtica
- Cristianismo
- Religi¨®n
- Sociedad