Marey
La celebraci¨®n de la vista oral del caso Marey en la Sala Segunda del Tribunal Supremo est¨¢ defraudando ciertas expectativas. Algunos se cre¨ªan con derecho a esperar que se produjera en la opini¨®n p¨²blica un formidable cl¨ªmax de atenci¨®n expectante, capaz de culminar el crescendo de la tensi¨®n acumulada por los esc¨¢ndalos a lo largo de los tres o cuatro ¨²ltimos a?os, desde que una constelaci¨®n de intereses propici¨® la apertura del sumario. ?sta era la esperanza de todos los que anunciaban el calvario judicial que, seg¨²n su pron¨®stico, aguardaba al partido socialista y a su anterior l¨ªder m¨¢ximo.Sin embargo, no est¨¢ siendo as¨ª. La gente ignora o se desinteresa del caso; la opini¨®n p¨²blica se muestra relativamente indiferente, en comparaci¨®n con cuanto cabr¨ªa esperar, y, seg¨²n las encuestas, los socialistas apenas sufren castigo en intenci¨®n de voto, llegando a superar con creces a sus rivales en imagen y popularidad. ?A qu¨¦ puede ser debida esta sorprendente falta de inter¨¦s por el juicio del caso Marey, que, contra lo esperado, apenas si est¨¢ ejerciendo efectos pol¨ªticos? ?Por qu¨¦ se equivocaron tanto en sus c¨¢lculos los estrategas de la tensi¨®n que encendieron y alimentaron la espiral del esc¨¢ndalo?
Una respuesta inmediata a estas preguntas es la del cansancio. Al igual que sucedi¨® en Italia con la campa?a de manos limpias, que interes¨® mucho cuando estall¨® el esc¨¢ndalo, pero que despu¨¦s aburri¨® cuando se juzgaba a Craxi en medio de la indiferencia general, tambi¨¦n aqu¨ª nuestra ciudadan¨ªa, saturada por tanta informaci¨®n tendenciosa sobre el caso GAL, comenzar¨ªa a perder el inter¨¦s.
Y otra interpretaci¨®n parecida, que reforzar¨ªa la hip¨®tesis del cansancio, es la misma que suelen utilizar los analistas de Bolsa para explicar la falta de efectos sobre las cotizaciones de determinados acontecimientos largamente esperados, que cuando por fin se producen apenas si afectan a los valores y, entonces, se afirma que los operadores ya hab¨ªan descontado por adelantado las repercusiones del caso. Pues, bien, en el affaire Marey los ciudadanos tambi¨¦n habr¨ªan descontado anticipadamente los efectos pol¨ªticos del sumario, sobre todo mediante la destituci¨®n electoral del Gobierno socialista. Por eso se celebra hoy la vista entre la indiferencia y el absentismo ciudadano.
Sin embargo, la explicaci¨®n m¨¢s l¨®gica es advertir la falta de inter¨¦s intr¨ªnseco que est¨¢n teniendo las sesiones. No hay inc¨®gnitas ni sorpresas, s¨®lo redundancia, pues los testimonios se limitan a reproducir punto por punto las consabidas declaraciones mil veces filtradas a la prensa vulnerando el secreto del sumario. Tanto es as¨ª que la ¨²nica incertidumbre que mantiene alguna expectaci¨®n es la de averiguar cu¨¢l ser¨¢ el veredicto final: ?culpabilidad, prescripci¨®n, nulidad o, en el caso de Barrionuevo y Vera, absoluci¨®n por falta de pruebas?
Es ocioso apostar por una u otra opci¨®n, pero la nulidad parece impracticable y la prescripci¨®n supondr¨ªa una salom¨®nica salida por la tangente. Luego s¨®lo queda la culpabilidad de quienes confesaron y la duda respecto a Vera y Barrionuevo. La defensa de este ¨²ltimo ha intentado emborronarlo todo, por lo que parece inadmisible. Vera, en cambio, se ha mostrado convincente al sostener la hip¨®tesis veros¨ªmil de que Damborenea y Sancrist¨®bal organizaron todo bajo su exclusiva responsabilidad, que ahora tratar¨ªan de descargar hacia arriba sin poderlo probar. Pero esta versi¨®n no explica la responsabilidad por omisi¨®n de Vera y Barrionuevo, que no s¨®lo dejaron hacer, sino que recompensaron despu¨¦s con ascensos a Sancrist¨®bal y los dem¨¢s.
En suma, el desinter¨¦s ciudadano parece comprensible, pero esto no lo hace justificable. Desde la ¨®ptica del cr¨¦dito de las instituciones y de la calidad de nuestra democracia, es de lamentar que el caso Marey se est¨¦ ventilando sin pena ni gloria, pues ser¨ªa preferible que generase una catarsis capaz de obligarnos a reaccionar a fin de que nada semejante al caso Marey, pero tampoco nada semejante a la instrumentalizaci¨®n pol¨ªtica del caso Marey, pueda volver a pasar.
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