El recogimiento como terapia
La mayor parte de los jugadores renunciaron al turismo en su día libre
No fue una jornada precisamente para exhibirse sino más bien unas horas para el recogimiento, así que cada uno buscó buen refugio y se alejó del escaparate de París. A ningún futbolista le apetecía salir retratado. Huyeron de los Campos Elíseos, esquivaron la rue Rivoli, se alejaron del museo del Louvre, dejaron quizá para otro día la visita a Eurodisney y no les apetecía nada viajar al Parque Astérix y salir hoy en los diarios con una sonrisa al lado de Obélix. Hartos de patearse la ciudad de la luz, los fotógrafos se toparon con los jugadores espa?oles justamente cuando no les buscaron, la mayoría de veces en el hall de algún céntrico hotel. Hubo quien se confesó al lado de su esposa, como fue el caso del Chapi Ferrer o de Guillermo Amor. Otros dejaron el lunes el hotel de concentración de Chantilly para dar cuenta de una buena cena en París y después volver al redil. Justamente la mitad del plantel -11 futbolistas- durmió en la cama de cada día, pese a la licencia que el seleccionador les dio para ausentarse desde el mediodía del domingo hasta las ocho de la noche de ayer, entre ellos los madridistas Raúl o Hierro. Y también se dio el caso de los que se dejaron llevar por el encanto de París y vagabundearon conscientemente en busca de consuelo anónimo.La mayoría aguarda a sus familiares para después del partido del viernes contra Paraguay, cuando se espera una jornada de las llamadas de puertas abiertas, y uno gusta del reencuentro con los ni?os y el paso, entonces sí, por el paraíso de Mickey Mouse o la visita al druida Panorámix en el poblado galo, o un paseo por el barrio latino, previo paso por la tienda recomendada a la esposa o compa?era. El asunto consiste en atrapar el día después de Paraguay con un triunfo que invite a la jarana.
Mientras, sin embargo, los futbolistas evitan la diversión e incluso la distracción, a diferencia de los directivos, alguno de los cuales sí paseó ayer por Eurodisney.
Moviéndose por clanes naturales -los azulgrana con los azulgrana, los madridistas con los madridistas-, o bien en función de sus acompa?antes -casados con casados y solteros con solteros-, los jugadores ocuparon la jornada en combatir el desasosiego por la derrota ante Nigeria. "Aunque estoy de fiesta", expuso Luis Enrique, "desde que acabó el partido del pasado sábado sólo pienso en Paraguay. Al dormir, al comer, al pasear, sólo pienso en Paraguay". Ni Paraguay ni Bulgaria, tercer rival en la fase previa, son equipos para romper el sue?o espa?ol, pese a las ganas con que esperan el partido dos francotiradores como el Loco Chilavert y Hristo Stoichkov. La incógnita está más en la reacción del grupo espa?ol que en el nivel de sus dos próximos adversarios. Y puesto que los internacionales dicen que no tienen nada que reprocharse, pues se sienten todavía hoy superiores a Nigeria, ocupan el rato en combatir el desasosiego por la derrota más que en la autocrítica.
Todos aguardan el reencuentro con Clemente, desaparecido desde el domingo por la tarde seguramente en alguno de los campos de golf próximos a París o bien en compa?ia de su esposa María. Dolido como está por cierta crítica personal, apesadumbrado por el resultado del estreno, el técnico se siente con ganas de revancha. Entregados y acomodados como están los jugadores al proceder del técnico vasco, únicamente Javier Clemente sabe de que manera se afrontará el futuro inmediato. ?l dirá hoy qué toca hacer. A la espera de su palabra, futbolistas y periodistas aguardan con impaciencia su reacción. Nunca el futuro de todo un equipo había estado tan en manos de una sola persona.
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