El no

Me gusta la propuesta de Manuel Vicent de que ?el progreso de la humanidad se debe a la insubordinaci¨®n?. Y en su invitaci¨®n a explorar ese camino interpretativo, nos muestra hasta qu¨¦ punto puede ser determinante la capacidad de decir no y de decir s¨ª que tenemos los seres humanos. (?Cuando uno dice no experimenta la sensaci¨®n de un nudo interior que se desata. En cambio, al decir que s¨ª, siempre te sientes en cierto modo atrapado?).Tanto el no como el s¨ª podemos verlos como dos actos declarativos que todos los seres humanos tenemos el poder de realizar. Y como todo acto declarativo, debemos saber que el mundo va a cambiar despu¨¦s de ello. Que decir no tiene un precio y que decir s¨ª tambi¨¦n lo tiene. Que cuando decimos no con dignidad nos estamos legitimando como seres humanos que viven en democracia. Sin necesidad de dar explicaciones. Pero cuando decimos s¨ª tambi¨¦n comprometemos nuestra identidad en la consistencia de nuestra declaraci¨®n o en el cumplimiento de nuestra promesa. Lo normal en nuestra cultura es no decir no en detrimento de nuestra autoestima y generar expectativas de s¨ª, sin decirlo con rotundidad, para que no se nos exija el cumplimiento. Aqu¨ª tenemos el origen de los nudos y atrapes que Manuel Vicent nos se?ala. Sin embargo, todav¨ªa nos cuesta observar la importancia que estos actos ling¨¹¨ªsticos, entre otros, tienen en nuestras vidas.-