Rob¨®, desbord¨® y asisti¨®
Tres momentos de Brasil. Unos minutos iniciales de b¨²squeda, los mejores; lo que fue del primer al tercer gol, la peor fase, y del 3-0 al final, donde confirm¨® que nadie administra mejor la prosperidad que ¨¦l. Las dudas asaltan por el segundo tramo. Brasil se tuerce cuando ya gana pero no tiene cerrado a¨²n el resultado.Caf¨² y Roberto Carlos. Sus centros hacen da?o. Viajan por un espacio sin due?o, criminal para el rival, entre los zagueros y el portero. El guardameta duda ante esos env¨ªos porque la pelota se aleja de su radio de acci¨®n. Y los centrales, que corren la jugada con el temor de llevarse el bal¨®n por delante.
Actitud censurable. Brasil gana por ser mejor, pero no destila grandeza. Como la mayor¨ªa de los mejores, concreta su superioridad con expresiones aisladas no con una continua actuaci¨®n global. Esta situaci¨®n compromete a sus jugadores, que se muestran reticentes a cruzar la frontera del error. Prefieren no correr el riesgo de la gran jugada a equivocarse.
Marruecos. Inofensivo, distante e inconsistente. Los potentes, por torpes. Y los h¨¢biles, por fr¨¢giles. El colectivo se muestra ordenado, pero poco atrevido. Incapaces de torcer el rumbo por m¨¢s minutos de los que dispongan.
Aparente debilidad. A pesar de no recibir goles ni sufrir situaciones para encajarlos, Brasil no da sensaci¨®n de seguridad. Tal vez no sea real. Puede que la tradici¨®n brasile?a en este sentido nos tiente a percibirla as¨ª.
Rivaldo, mal situado. Le colocan en un lugar en el que la pelota pasa demasiadas veces por ¨¦l. Y eso le obliga a equivocarse poco. Juega asistiendo m¨¢s que definiendo. Deber¨ªa ubicarse m¨¢s arriba, en una zona con mayor licencia para el error pero con la esperanza del gran acierto.
Saludable Ronaldo. Vimos a un Ronaldo diversificado. No s¨®lo el gol fue su especialidad. Luch¨® y elabor¨®. El 1-0 fue una expresi¨®n muy reconocible de Ronaldo. El novedoso fue el 3-0, en el que quita, desborda y asiste. Fue menos espec¨ªfico, igual de efectivo y m¨¢s generoso. Y mientras el esfuerzo no le aleje de su mayor virtud, bienvenido. Lo engrandece. Agreg¨® lo complementario sin tener que renunciar a lo esencial.
Valent¨ªa de mentira. De salida, Marruecos no tuvo precauciones defensivas. Lanz¨® un mensaje confuso: no estaba jugando de igual a igual a Brasil; estaba defendiendo mal, simplemente.
Compromiso. Dio la sensaci¨®n de que hab¨ªa un acuerdo entre los jugadores de Brasil para comprometerse. La reacci¨®n de Dunga frente a algunos gestos de indiferencia de sus compa?eros lo delata. El capit¨¢n no estaba dispuesto a tolerar que no se cumpliera lo pactado. Y pas¨® factura a quien fall¨®. S¨®lo eso justifica y convalida broncas como las que se vieron.
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