Jes¨²s de Polanco afirma que la justicia ha restablecido los principios del Estado de derecho
"A nuestro juicio, lo m¨¢s preocupante era el retorno a la inseguridad jur¨ªdica y al arbitrismo"
Jes¨²s de Polanco present¨® ayer a los accionistas de PRISA los resultados alcanzados en el ejercicio de 1997 y pronunci¨® un discurso del que publicamos un amplio extracto. "Hace ya mucho tiempo que, a fin de organizar racionalmente nuestros trabajos, decidimos celebrar cada a?o la Junta General de PRISA en el tercer jueves del mes de junio. De modo que s¨®lo a una feliz casualidad se debe el hecho de que nuestra reuni¨®n de hoy coincida con noticias que estimamos muy importantes para nuestra empresa y para el conjunto de la sociedad espa?ola. Noticias que nos hablan del buen funcionamiento de la justicia en nuestro pa¨ªs, sobre la que se vierten muchas y justificadas cr¨ªticas pero que no ha dejado, en los ¨²ltimos tiempos, de dar pruebas de eficiencia y rigor en asuntos espinosos.Los accionistas fundadores de EL PA?S quisimos contribuir, con nuestro esfuerzo profesional y empresarial, a la creaci¨®n de una democracia pac¨ªfica y convivente, en la que el principio de igualdad ante la ley y la seguridad jur¨ªdica de los administrados fueran derechos irrenunciables. Hoy nos dirigimos a ustedes con la leg¨ªtima alegr¨ªa de haber podido comprobar por nosotros mismos que, en medio de todos los defectos y errores tantas veces denunciados, la Administraci¨®n de justicia sirve transparentemente a esos principios. Y si a¨²n son necesarias, con toda probabilidad, reformas y mejoras -no me compete a m¨ª analizar esto ahora- no es admisible que la torva actuaci¨®n de algunas personas siga poniendo en entredicho el buen nombre y el prestigio de la generalidad de nuestros tribunales.
(...) El archivo del mal llamado caso Sogecable -pues nunca hubo caso alguno- por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, y el procesamiento del primer juez instructor de aquella causa, decidido por el Tribunal Supremo, parecen el principio del fin de una historia que, si no nos hubiera tocado vivirla, habr¨ªa sido dif¨ªcil de imaginar en la Espa?a constitucional, y m¨¢s parecer¨ªa fruto de un mal sue?o o del delirio de algunas mentes insanas. Voy a hacer gracia del recuento de acusaciones infundadas, y de la sa?a con que fueron utilizadas por algunos, contra los miembros del Consejo de Administraci¨®n de Sogecable, la empresa gestionada por PRISA, y en la que se concentra el desarrollo audiovisual de nuestro grupo. Y huir¨¦ de cualquier versi¨®n conspirativa de los hechos, aun si los hechos mismos inducen con terquedad a un entendimiento de ese g¨¦nero.
La cuesti¨®n es que durante 1997 tuvimos que trabajar en un entorno abiertamente hostil, en el que los intentos por criminalizar nuestra actividad empresarial, y por imputar de inexistentes delitos a la c¨²pula directiva de esta casa, no se produjeron de manera aislada, sino en medio de una serie de acciones administrativas, y aun legislativas, encaminadas a entorpecer nuestro trabajo hasta el punto de pretender doblegarnos o destruirnos. Con ser muy grave, lo de menos era que el presidente de PRISA, el consejero delegado y primer director de EL PA?S, el secretario del Consejo y tres consejeros m¨¢s, se vieran sometidos a una indagaci¨®n judicial arbitraria que pretend¨ªa arrojar sombras sobre nuestra honorabilidad y recto proceder. Lo verdaderamente preocupante eran los s¨ªntomas de que eso se produc¨ªa como respuesta a nuestra permanente vocaci¨®n de independencia, y a nuestra absoluta decisi¨®n de mantener nuestros medios y nuestra empresa al amparo de cualquier influjo o presi¨®n ajenos a los intereses de la sociedad a la que servimos. No pienso hacer historia de las muchas y atropelladas medidas que se intentaron contra nosotros. Las hemerotecas, las audiotecas y las videotecas est¨¢n ah¨ª para quien quiera consultarlas, y almacenan tal cantidad de insultos, difamaciones y agresiones contra esta casa, proferidos las m¨¢s de las veces por parte de competidores frustrados o colegas resentidos, que no merece la pena gastar ni un segundo m¨¢s en contestarlas. Tambi¨¦n se pueden consultar los diarios de sesiones del Congreso, y aun el Bolet¨ªn Oficial del Estado, que nos dar¨ªan fe de los intentos por ilegalizar un peque?o aparato electr¨®nico, el descodificador, de uso habitual en Europa, intentos que tuvieron que ser abortados por la intervenci¨®n de las autoridades de Bruselas.
Y todav¨ªa nos queda por ver c¨®mo se saldan algunos otros incidentes pintorescos que, en su conjunto, no hac¨ªan otra cosa que denunciar lo m¨¢s preocupante a nuestro juicio: el retorno del arbitrismo a nuestro pa¨ªs, la instalaci¨®n de la inseguridad jur¨ªdica. Inseguridad para las empresas, para los ciudadanos, para los periodistas, para los lectores. Parec¨ªa que comenz¨¢ramos a desandar a?os de esfuerzo com¨²n, que eran patrimonio de todos, pues todos -sin excepci¨®n de ideolog¨ªas ni de clases sociales- hab¨ªan contribuido a la implantaci¨®n de un Estado de Derecho entre nosotros. Era como si el buen sentido pugnara por huir de la vida p¨²blica espa?ola.
Naturalmente, el conflicto planteado afectaba a intereses empresariales y comerciales -por otra parte, absolutamente leg¨ªtimos- y encubr¨ªa prop¨®sitos y debates del m¨¢s variado g¨¦nero. Pero una gran parte de la sociedad percibi¨®, no sin raz¨®n, que en el caso Sogecable -como algunos lo llamaban-, en el acoso a PRISA -como lo defini¨® EL PA?S- se dilucidaban cuestiones importantes para la libertad en general, y para la libertad de expresi¨®n en particular.
(...) Los conflictos entre los peri¨®dicos, los medios de comunicaci¨®n en general, y el poder pol¨ªtico, son frecuentes y me atrever¨ªa a decir que hasta naturales. Las democracias se construyen en gran medida gracias a ese inestable equilibrio de fuerzas que permite, de una u otra forma, que la verdad se abra paso lentamente y que los ciudadanos no se vean sometidos a abusos e imposiciones por parte de nadie, y en ese nadie incluyo a los propios peri¨®dicos y a quienes los fabrican. Desde que se fund¨®, esta casa ha participado de esa tensi¨®n inevitable y, si seguimos siendo fuertes y honestos, si seguimos ejerciendo nuestra capacidad cr¨ªtica, continuaremos envueltos en marejadas parecidas. Pero no queremos que nuestra cr¨ªtica se confunda con hostilidad, ni es posible que los ataques de unos contribuyan a enfeudarnos en las posiciones de los otros. La independencia, la profesionalidad, el rigor informativo, el pluralismo de opiniones, la excelencia empresarial siguen siendo nuestro credo inalienable. No somos una instancia de poder, somos un grupo de comunicaci¨®n. No aspiramos a privilegios de ning¨²n g¨¦nero, de los que, por otra parte, nunca hemos disfrutado. Estamos contra los monopolios, creemos en la competencia y pretendemos huir de todo triunfalismo. En suma: hacemos nuestro trabajo, y procuramos hacerlo lo mejor posible.
El caso es que el a?o pasado hemos sido puestos a prueba, y los resultados de nuestras empresas son nuestra mejor respuesta. La cifra neta de negocios agregada en 1997 experiment¨® un incremento de un 17% sobre la del a?o anterior. Esa mayor capacidad de gesti¨®n se ha traducido tambi¨¦n en un aumento de m¨¢s de un 10% del beneficio neto consolidado que sometemos a la aprobaci¨®n de esta Junta. Nuestro grupo ha sabido sortear las trabas y obst¨¢culos que se han ido cruzando en nuestro camino, ha reforzado los v¨ªnculos que le ligan con sus lectores, sus oyentes y sus espectadores, y ha visto c¨®mo, en un entorno dif¨ªcil, crec¨ªa la cohesi¨®n de sus equipos profesionales y de sus directivos.
Presentamos hoy unas cuentas de las que podemos sentirnos leg¨ªtimamente orgullosos. Nuestras empresas tienen un excelente estado de salud y eso nos permite, por cuarto a?o consecutivo, anunciar un dividendo equivalente al capital social de la sociedad. Habida cuenta que la parte correspondiente a la autocartera se distribuye entre el resto de los accionistas, el dividendo efectivo equivale al 111% del nominal de cada acci¨®n. Alguien podr¨¢ pensar que, siendo tan satisfactorios los beneficios, es demasiado elevado el porcentaje que habitualmente destinamos a reservas y a nuevas inversiones. Pero creo que la cr¨ªtica resultar¨ªa infundada. Por una parte, nuestra obligaci¨®n es hacer crecer la empresa, impulsarla, comprar futuro. Por otra, sobre la rentabilidad econ¨®mica para los accionistas de su inversi¨®n en PRISA, perm¨ªtanme que les ponga un ejemplo revelador: todo aquel que haya invertido 100.000 pesetas en nuestra sociedad en el a?o 1972, cuando se constituy¨®, y que desde entonces y hasta hoy haya acudido a todas las operaciones societarias que se han producido, habr¨¢ desembolsado en total, en estos 26 a?os, 10.750.000 pesetas; y habr¨¢ recibido, entre dividendos y acciones liberadas, 103.983.895 pesetas -una vez aprobado el dividendo del ¨²ltimo ejercicio-. Y adem¨¢s, el valor te¨®rico contable de su participaci¨®n asciende a 265 millones de pesetas. Creo que ¨¦ste es un balance claramente remunerador".
Jes¨²s de Polanco expres¨® su reconocimiento a los accionistas fallecidos e hizo una menci¨®n especial a Pilar Mir¨®, "la representaci¨®n de toda una ¨¦poca de la televisi¨®n y el cine en Espa?a". Tambi¨¦n se detuvo en los trabajadores del grupo, a los que agradeci¨® efusivamente su apoyo, y en los abonados a Canal +, "que no se han dejado enga?ar por invenciones calenturientas".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Caso Sogecable
- Consejo administraci¨®n
- Javier G¨®mez de Lia?o
- P¨¦rdidas
- Junta general
- Magistratura
- Beneficios
- Jes¨²s de Polanco
- Caso Lia?o
- Tribunal Supremo
- Sogecable
- Audiencia Nacional
- Declaraciones prensa
- Cuenta resultados
- Organismos judiciales
- Guerra digital
- El Pa¨ªs
- Accionariado
- Televisi¨®n digital
- Parques empresariales
- Gesti¨®n empresarial
- Sentencias
- Tribunales
- Prisa Noticias
- Centro negocios