El juego de la silla el¨¦ctrica est¨¢ en Espa?a Un parque catal¨¢n lo ofrece desde abril
Olv¨ªdense del gran tobog¨¢n y la monta?a rusa. Gracias a un macabro invento ingl¨¦s, los amantes de las sensaciones fuertes pueden ahora poner a prueba su temple en la espartana incomodidad de una silla el¨¦ctrica que se est¨¢ popularizando en los parques de atracciones de Europa, Asia, Estados Unidos y otros pa¨ªses donde los voltios no tienen exclusivo uso casero o industrial. Tambi¨¦n en Espa?a. Un centro recreativo catal¨¢n lo tiene desde abril y, seg¨²n la empresa brit¨¢nica que lo comercializa, tambi¨¦n ha llegado a M¨¢laga, Murcia, Andaluc¨ªa y las Canarias.
Damas y caballeros, bienvendos al mundo de Peter Robinson y al ¨¢mbito m¨¢s espeluznante de las distracciones veraniegas. El Original Shocker, la r¨¦plica de la silla el¨¦ctrica inventada por Robinson hace un a?o, ofrece la posibilidad de experimentar las ¨²ltimas sensaciones de los condenados a muerte.A la gente le encanta. La r¨¦plica es el ¨¦xito de la temporada, afirma Robinson, cuya firma, Nova Productions, le est¨¢ generando una fortuna gracias a la famosa r¨¦plica, que viene con correas y todo. Robinson dice que sus clientes en Espa?a son los centros de atracciones de M¨¢laga, Murcia, Sevilla, Barcelona y las Islas Canarias.
Tambi¨¦n una empresa madrile?a ha pedido al Gobierno regional -la competencia sobre el juego est¨¢ transferida- que le conceda la homologaci¨®n para distribuirla en Espa?a. Los Gobiernos de Murcia, Valencia y Canarias no ten¨ªan ayer noticia de que el juego funcionara en sus comunidades. Ni siquiera sab¨ªan si ¨¦ste ha sido ya homologado, requisito imprescindible para su explotaci¨®n.
Los empleados del Magic Park de Lloret de Mar (Girona) afirman que la silla el¨¦ctrica es un ¨¦xito, informa Gerard Bagu¨¦. El simulador, que da a cada usuario un ticket como prueba de su resistencia, funciona desde abril y fue adquirido en una feria de Londres. Por 200 pesetas, el usuario puede disfrutar de una descarga el¨¦ctrica inofensiva para la salud -la electricidad apenas pasa por el armaz¨®n para activar un multiplicador de vibraciones- pero molesta para las asociaciones defensoras de los derechos humanos. Amnist¨ªa Internacional ya denunci¨® su existencia en abril cuando la silla apareci¨® en un supermercado de Buenos Aires (Argentina). El portavoz de la Asociaci¨®n espa?ola contra la Tortura, Teodoro Mota, considera que su instalaci¨®n "es un alegato a favor de la pena de muerte y afecta a los valores constitucionales", informa Vicente G. Olaya.
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