Ir¨¢n gana el partido simb¨®lico
La fe y el mayor contenido futbol¨ªstico de los asi¨¢ticos derrotaron a EE UU
El ¨¢rbitro, claro, era suizo. No-intervenci¨®n, no-beligerancia.Hamid Estili, alias El Estilista, en cambio, es de Ir¨¢n. Leche de cabra, campos de tierra, pedregales. Lucha por sobrevivir. Mucha fe. Y desde ayer, El Estilista es tambi¨¦n un h¨¦roe. El autor del primer gol de Ir¨¢n con un cabezazo parab¨®lico. Un s¨ªmbolo que justifica un viaje a Francia y el clamor popular en su pa¨ªs. Y en un encuentro que tambi¨¦n en su desarrollo vivi¨® m¨¢s de su valor simb¨®lico que del futbol¨ªstico, eso es lo m¨¢s importante. Estados Unidos e Ir¨¢n. Sus relaciones, sus guerras por enemigos interpuestos, su desaf¨ªo, han hecho girar la br¨²jula del mundo. Su partido de f¨²tbol, el emblema m¨¢ximo del d¨ªa oficial del fair play, los buenos deseos entre la gente, la paz y la amistad, se qued¨® en eso. Movi¨® los corazones, pero no tanto como la dura realidad y la brutalidad de los hinchas violentos.
Los 11 de Estados Unidos eran norteamericanos. Verdes praderas, cereales en los desayunos, dientes sanos y buena salud. Vi¨¦ndoles jugar, r¨¢pidos, atl¨¦ticos, limpios, dio la impresi¨®n de que jugaban al f¨²tbol m¨¢s por ejercicio que por competici¨®n. Esquemas claros, valor f¨ªsico y f¨²tbol muy rudimentario. Esa igualdad result¨® en un partido de buenas intenciones, divertido y animoso. Y tambi¨¦n con detalles. Por el lado iran¨ª, el intento estil¨ªstico de Bagheri, su organizador. O la velocidad y el desborde del impronunciable Mahdavikia. O Azizi, el rey vivaz y escurridizo. El bajito del bigote que m¨¢s a menudo descoloc¨® a la defensa USA.
El partido empez¨® en busca de due?o, pero ninguno de los contendientes mostr¨® mucha capacidad para apoderarse de ¨¦l. Los iran¨ªes invitaron a los norteamericanos a hacer su juego (su claridad hacia los laterales, sus pocos pasos por el centro, sus balones largos y cruzados), que as¨ª deb¨ªan hacer ellos el suyo: busca de la contra con el rival a contrapi¨¦, aprovechamiento de la lentitud de sus defensas. Los de Estados Unidos encontraron en el primer tiempo poca respuesta a su desgaste. Los iran¨ªes encontraron un gol (m.40) y tambi¨¦n mala suerte y as¨ª acabo la primera parte.
En el segundo tiempo, Ir¨¢n se vino abajo. El empuje que tanto les falt¨® antes, les sobr¨® entonces a los estadounidenses. Al segundo gol iran¨ª respondieron r¨¢pidamente, pero no les dio tiempo para m¨¢s. El partido simb¨®lico acab¨® con victoria iran¨ª.
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