Clinton emprende su viaje hist¨®rico a China con esp¨ªritu ?pragm¨¢tico?

Bill Clinton tendr¨¢ a partir de la pr¨®xima madrugada 16 horas de viaje a bordo del Air Force One para estudiar el ingente material sobre China que le han preparado sus colaboradores. Cuando los norteamericanos se vayan esta noche a la cama, el presidente de EE UU emprender¨¢ el viaje m¨¢s pol¨¦mico y de mayor calado estrat¨¦gico de sus cinco a?os en la Casa Blanca. Con un esp¨ªritu que ¨¦l calific¨® ayer de ?pragm¨¢tico?.

?Pretendo?, dijo, ?expandir nuestras ¨¢reas de cooperaci¨®n y discutir directamente nuestras diferencias, especialmente respecto a los derechos humanos?.Las autoridades chinas aprovechar¨¢n el tiempo que falta hasta la llegada de Clinton para retirar los ¨²ltimos ejemplares a¨²n a la venta de un libro sobre las aventuras sexuales del presidente norteamericano. Clinton: un presidente con fuertes impulsos, aparecido en mayo, fue el gran ¨¦xito de ventas de la primavera en las librer¨ªas chinas, hasta que, en un gesto de buena voluntad hacia su hu¨¦sped, el Gobierno de Pek¨ªn decidi¨® prohibir su difusi¨®n. Para entonces ya estaban vendidas la mayor¨ªa de las 30.000 copias del texto, que cuenta las aventuras de Clinton con Gennifer Flowers, Paula Jones y Monica Lewinsky.

Como Pek¨ªn, Clinton tambi¨¦n desea fervientemente que esta visita de nueve d¨ªas -la primera de un presidente norteamericano al gigante asi¨¢tico desde la represi¨®n en 1989 de la revuelta de Tiananmen- sea un ¨¦xito. La mayor¨ªa republicana del Congreso y los muchos simpatizantes norteamericanos de los disidentes chinos y los lamas tibetanos van a escrutar sus palabras y sus gestos, empezando por la ceremonia de bienvenida que se celebrar¨¢ el s¨¢bado en Tiananmen.

Clinton ha adelantado que instar¨¢ a sus anfitriones a entrevistarse directamente con el Dalai Lama y hacer progresos en materia de democracia y derechos humanos. Pero tambi¨¦n ha dicho que se guiar¨¢ sobre todo por ?la promoci¨®n de los intereses norteamericanos?, una alusi¨®n al deseo de tantas grandes empresas estadounidenses de hacer negocios con China.

La Casa Blanca, seg¨²n The Washington Post, decidi¨® cambiar su pol¨ªtica despu¨¦s de que los dos gigantes estuvieran al borde de un enfrentamiento militar directo en marzo de 1996, a ra¨ªz de las maniobras del Ej¨¦rcito chino en el estrecho de Taiwan. El peligro fue tan grave que se impusieron en el seno del equipo de Clinton los partidarios de comenzar un proceso de deshielo. Su primer hito fue la visita a EE UU efectuada el pasado oto?o por el presidente chino, Jiang Zemin.

Los documentos preparados por sus asesores insisten en que China s¨®lo puede progresar hacia una sociedad m¨¢s abierta y tolerante de un modo gradual. Y le aconsejan no celebrar reuniones p¨²blicas con los disidentes.