Viva la lengua
Lengua es palabra de doble filo, o m¨¢s. Asiento principal del sentido del gusto, ¨®rgano musculoso, h¨²medo y procaz, la lengua es tambi¨¦n el modo de hablar de un pueblo. Lo sublime y lo perdulario se fusionan en este t¨¦rmino: don Pablos se junta con san Juan de la Cruz, encuentran a Cervantes y a la Celestina y le dan a la h¨²meda en torno a una marmita de patatas revolconas regadas con caldos inefables. Y de postre, yemas de santa Teresa, suspiros de monja, huevillos de abad, caf¨¦, aguardiente, celtas cortos, teta de novicia y alitas de querub¨ªn.Cuando est¨¢n en plena sobremesa, llega el cardenal Cisneros y les increpa: "Estos son mis poderes". A continuaci¨®n, les pone un v¨ªdeo promocional del Camino de la Lengua, ruta que va mucho m¨¢s all¨¢ del turismo: es un camino para viajeros sosegados, un sibaritismo para los amantes de la palabra y el cordero asado. San Mill¨¢n de la Cogolla es un monumento al mestizaje. Porque el castellano es una fusi¨®n del lat¨ªn con el rom¨¢n paladino del pueblo. Las Glosas Emilianenses son el primer documento escrito donde irrumpen a la vez el castellano y el vasco. Es decir, Cervantes naci¨® en Alcal¨¢, pero es casi seguro que fue engendrado en la Cogolla.
Y luego, Silos, Valladolid, Salamanca, ?vila, Alcal¨¢ de Henares. Emociones muy fuertes, porque llega uno al final del trayecto embriagado de fray Luis, los m¨ªsticos, Villarroel, moz¨¢rabe, rom¨¢nico, g¨®tico, Renacimiento, pimientos rellenos, aguardiente, gregoriano, jotas de taberna y ¨¦xtasis.
El Camino de la Lengua demuestra que nuestra lengua est¨¢ viva y que la gente habla, come y bebe mejor de lo que suponen los acad¨¦micos.
Babelia
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