Gana Gates
No es frecuente que la aparici¨®n de un nuevo producto en el mercado sea objeto de titulares en los peri¨®dicos ni motivo de expectaci¨®n general. El lanzamiento del sistema operativo Windows 98 ha sido un acontecimiento medi¨¢tico, pero las razones no deben buscarse en sus cualidades. El sistema es una actualizaci¨®n del Windows 95, cuya aparici¨®n s¨ª que supuso una novedad importante en el mundo de la inform¨¢tica, como ha refrendado su masiva difusi¨®n, siendo la plena integraci¨®n del navegador para Internet en el propio sistema uno de sus rasgos caracter¨ªsticos. Como intermedio entre el vigente Windows 95 y el anunciado sistema NT para dentro de dos o tres a?os, las ventas probablemente ser¨¢n menores que las de su antecesor.Para entender su impacto p¨²blico hay que tener en cuenta que los sistemas de Microsoft est¨¢n instalados en cerca del 90% de los PC en todo el mundo, lo que convierte cualquier novedad en asunto de inter¨¦s para cientos de millones de usuarios. Existe una raz¨®n de peso suplementaria: el conflicto comercial, y ahora ya judicial, planteado por competidores y autoridades norteamericanas responsables de velar por el buen funcionamiento del mercado. Microsoft, cuyo fundador, presidente y m¨¢ximo accionista es Bill Gates, ha sido acusada de utilizar su situaci¨®n de pr¨¢ctico monopolio en el mercado de sistemas operativos para conseguir una posici¨®n dominante en el de los navegadores de Internet, considerado ahora prioritario por la compa?¨ªa. Una de las demandas, relativas a la comercializaci¨®n del sistema Windows 95 con el navegador de Microsoft incorporado, acaba de ser resuelta a favor de Gates, justamente en el momento en que se lanzaba Windows 98. La otra demanda, presentada por la fiscal general estadounidense junto con m¨¢s de veinte fiscales de otros tantos Estados, apunta tambi¨¦n a esto ¨²ltimo, pero el juez ha paralizado cualquier acci¨®n hasta primeros de septiembre, autorizando impl¨ªcitamente su comercializaci¨®n.
Que un producto sobre el que pesa semejante hipoteca haya podido salir al mercado es s¨®lo una victoria parcial de Gates en una guerra de suerte incierta, pero el desenlace estar¨¢ condicionado, sin duda, por el hecho de que para entonces el objeto de la controversia estar¨¢ ya instalado en millones de ordenadores.
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