20.000 espa?oles necesitan una mascarilla para poder dormir sin ahogarse
La apnea del sue?o provoca accidentes laborales y de tr¨¢fico
Cuando Charles Dickens cre¨® al personaje Pickwick en Los papeles p¨®stumos del Club Pickwick -un gordo roncador que se dorm¨ªa por todas las esquinas- estaba describiendo sin saberlo el s¨ªndrome de las apneas del sue?o: paradas respiratorias mientras se duerme. Estos bloqueos pueden durar 10 segundos o superar el minuto. Y a menudo van acompa?adas de estruendosos ronquidos. Pueden ocurrir hasta 100 veces en una noche. Y cuando suceden al cerebro no le queda m¨¢s remedio que despertarse; sino el individuo se ahoga."Es como si a uno dormido le taparan la boca y la nariz, pero en este caso la garganta", explica el neum¨®logo, Joaqu¨ªn Dur¨¢n, del hospital Txagorritxu, de Vitoria. Los efectos de despertarse tantas veces durante la noche son devastadores. Las v¨ªctimas durante el d¨ªa tienen hambre de sue?o (hipersomnolencia). Y debido a que el ox¨ªgeno les llega a los ¨®rganos en malas condiciones, "al cabo de unos a?os pueden desarrollar problemas cardiovasculares", seg¨²n Dur¨¢n.
Pero tambi¨¦n un sue?o de mala calidad, cuyo efecto reparador se esfuma, est¨¢ directamente relacionado con los accidentes laborales y de tr¨¢fico. Seg¨²n un estudio del hospital Yag¨¹e, de Burgos, "las personas con apneas presentan un riesgo relativo de tener accidentes siete veces superior al de las personas sanas", explica uno de sus autores, Joaqu¨ªn Ter¨¢n.
A pesar de que el s¨ªndrome de las apneas fue descrito hace un siglo, "es una enfermedad nueva y muy frecuente", seg¨²n el neum¨®logo Joaqu¨ªn Dur¨¢n, quien calcula que afecta a entre un 3% y un 5% de la poblaci¨®n. "Nuestro tipo de medicina ha estado m¨¢s preocupada por lo que ocurre durante el d¨ªa que en el sue?o". Sin embargo, los diagn¨®sticos se han triplicado en los ¨²ltimos cuatro a?os. En Txagorritxu, un hospital de referencia, estudian al a?o a 600 pacientes.
Ni las causas de este trastorno, ni por qu¨¦ afecta a tres hombres por cada mujer, "est¨¢n claras", observa Nicol¨¢s Gonz¨¢lez Mangado, neum¨®logo de la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz, de Madrid. "Se sospecha que a la v¨ªa respiratoria superior le falta rigidez para aguantar la entrada de aire; hay grasa alrededor de la laringe; alteraciones en la estructura de la cabeza o un tama?o excesivo de la lengua", seg¨²n Nicol¨¢s Gonz¨¢lez. El perfil del paciente es var¨®n, de mediana edad y algo obeso. Est¨¢ comprobado que el alcohol agrava el s¨ªndrome, pero no se ha probado con el tabaco.
Tratamiento "ruinoso"
M¨¢s sencillo es averiguar si un paciente sufre apneas: durante una noche en el hospital duerme enganchado a unos cables que recogen las se?ales de su coraz¨®n, cerebro, piernas y su respiraci¨®n. Y si presenta s¨ªntomas y m¨¢s de 30 paradas respiratorias es un candidato al tratamiento denominado CPAP, hoy por hoy el m¨¢s eficaz. De los aproximadamente 30.000 diagnosticados al a?o en Espa?a unos 20.000 lo necesitar¨¢n siempre. Es una peque?a m¨¢quina - inventada en Austria, en 1981- con un mecanismo sencillo: una turbina que transporta aire ambiental filtrado al paciente a trav¨¦s de una mascarilla en la nariz.El Sistema Nacional de Salud (SNS) se hace cargo de su sistema de financiaci¨®n, que Dur¨¢n, califica de "ruinoso " y el presidente de la Sociedad de Patolog¨ªa Respiratoria, Josep Montserrat, "poco ¨®ptimo". Esa m¨¢quina que el paciente llevar¨¢ toda su vida cuesta unas 150.000 pesetas, lo mismo que alquilarla por un a?o que es lo que hace el SNS. "Estamos preocupados, porque la factura sube de forma alarmante", reconoce el director de Atenci¨®n Primaria del Insalud, Rafael Matesanz. La soluci¨®n no est¨¢ en comprarlas, responde, sino en intentar rebajar su coste y que las empresas continuen con el mantenimiento.
"Yo romp¨ª los moldes"
Aparentemente no contaba con ning¨²n boleto para sufrir el s¨ªndrome de apnea del sue?o. J.M.A, m¨¦dico psiquiatra, de 57 a?os, no era obeso, no beb¨ªa, tampoco fumaba. Y sin embargo, "por el d¨ªa estaba hecho polvo; despu¨¦s de comer me ten¨ªa que echar la siesta, y si no pod¨ªa, me quedaba tirado toda la tarde; y por la noche, la respiraci¨®n se me paraba y los ronquidos eran atronadores", relata. ?l y su mujer, que lo viv¨ªa como una angustia - "pensaba que en ese minuto que yo no respiraba me pod¨ªa morir"-, acabaron en habitaciones separadas. "Como es una enfermedad de la que el ¨²ltimo que se entera es uno mismo, fue ella quien se dio cuenta de lo que me pasaba".Para entonces ya hab¨ªa vivido algunos de sus peligros. "Viniendo un d¨ªa de un congreso de Madrid , despu¨¦s de comer y no haber bebido ni vino ni nada para no amodorrarme, vi que me iba contra un poste. Logr¨¦ salvar la vida por segundos".
Con estos antecedentes y empujado por su mujer se fue al hospital a hacerse las pruebas. "Y romp¨ª los moldes". Super¨® hasta 30 crisis de apneas y algunas de 1,5 minutos de duraci¨®n. "Yo, que si me pongo debajo del agua no aguanto ese tiempo".
Y le colocaron la mascarilla. "Es un co?azo, no te puedes mover de cualquier manera y el look que te da no es el m¨¢s apropiado". Pero reconoce que las ventajas superan los inconvenientes. "Me despierto como un chaval y hasta puedo coger el coche, que ya es mucho". Cuando viaja y de vacaciones siempre le acompa?a. "S¨®lo necesito un enchufe el¨¦ctrico para poder engancharla". Y poder respirar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.