?Qu¨¦ le pasa a Ronaldo?
Ha engordado seis kilos, se siente agobiado y busca reencontrarse con el gol
Michael Laudrup va en busca de Ronaldo. Nantes ser¨¢ el viernes el punto de encuentro entre el ayer y el ma?ana. El hoy es presa de la nostalgia y tambi¨¦n del desespero. "No s¨¦ qu¨¦ decir", confiesa el dan¨¦s. "Estoy sorprendido y feliz. Ha sido incre¨ªble", agrega. "Me recuerda a Quer¨¦taro, en M¨¦xico86, pero al rev¨¦s. Entonces nosotros ¨ªbamos para campeones del Mundo, seg¨²n contaba la gente. Hab¨ªamos ganado los tres partidos y de golpe nos vimos fuera", relata, remiti¨¦ndose al 5-1 que les endos¨® Espa?a. "A Nigeria le ha pasado lo mismo", acaba. "A la que tienes un mal partido, te echan, as¨ª que ahora vamos a ver qu¨¦ pasa con Brasil; igual nos meten cuatro o, si no les sale la cosa, ganamos". Laudrup paladea su ¨²ltimo Mundial. A sus 34 a?os, aguarda la jubilaci¨®n con rictus de felicidad. Disfruta como un enano. Ya lo ha hecho todo en el f¨²tbol. Nada que ver con Ronaldo, que a los 21 a?os parece ser m¨¢s un esclavo del negocio del f¨²tbol que el que m¨¢s sabe jugar al f¨²tbol. No consigue ser en la cancha lo que cuenta la publicidad. ?Qu¨¦ le pasa? "Hoy no es m¨¢s importante que Vieri, Batistuta u Owen", coincide un grupo de periodistas que saben de sus vivencias. "Puede serlo, pero debe gan¨¢rselo, responder a una etiqueta que se le ha puesto sin haber jugado una Copa del Mundo". "Yo no s¨¦ si ser¨¦ el Pichichi ni el mejor jugador", ha dejado dicho el ariete. "Pero estoy seguro de que Brasil disputar¨¢ la final".De pronto, el jugador m¨¢s ego¨ªsta del mundo se revela como el m¨¢s solidario; el ¨²nico que es capaz de marcar un gol sin otro acompa?amiento que el de los rivales, necesita del equipo; y la persona a la que se supone m¨¢s feliz, tiene sus problemas. Zico ya se lo advirti¨®: "Aqu¨ª no ser¨¢s uno sino una parte de once". Hay, pues, una explicaci¨®n a la sequ¨ªa de Ronaldo. No es en Brasil el punto final del equipo como cuando juega en el Inter ni tiene derecho a manifestar con qui¨¦n le gusta jugar al lado. Muy distinto a cuando pidi¨®, por ejemplo, la presencia de Iv¨¢n de la Pe?a en el Bar?a.
Un d¨ªa, al tercer partido, se le ocurri¨® decir que no le llegaba el bal¨®n porque la salida desde atr¨¢s era demasiado lenta y se mont¨® una trifulca. Dunga, Aldair, Leonardo. Muchos le llamaron a cap¨ªtulo, y Zagalo le inst¨® a moverse, a no quedarse est¨¢tico frente al ¨¢rea contraria, esperando la pelota. Ya quiso tirarse a uno y otro lado, pero el tr¨¢fico le atropell¨®. Igual ven¨ªa Roberto Carlos que Rivaldo o Leonardo. Brasil ataca con gente variada y desde frentes distintos. Siempre ha sido as¨ª, y Ronaldo lo hab¨ªa asumido, pero para entonces estaba Romario. Y el negro siempre le dec¨ªa lo que m¨¢s le conven¨ªa, c¨®mo ponerse en el campo y le sab¨ªa meter la pelota en carrera como a ¨¦l le gustaba.
Hu¨¦rfano de Romario, Ronaldo no pudo ni orinar antes del primer partido. Nunca le hab¨ªa pasado. Normalmente, antes de saltar al c¨¦sped, se pasaba por los aseos y se relajaba. Aquel d¨ªa, sin embargo, entendi¨® que en el Mundial "todo ser¨ªa mucho m¨¢s dif¨ªcil de lo que me hab¨ªa imaginado". Tampoco f¨ªsicamente est¨¢ fino. Sufre una tendinitis en la rodilla izquierda que ayer le impidi¨® entrenarse. El diet¨®logo de la selecci¨®n dice, adem¨¢s, que tiene seis kilos de m¨¢s. Demasiada pasta, asegura. Y le falta sobre todo concentraci¨®n. Le descentra que le torturen con su entorno.
?Qu¨¦ dar¨ªa hoy por una tortilla de patatas como aquella que le tra¨ªa la mujer de Rafa Carrasco a su casa de Sitges! Hoy debe conformarse con una partida de ping-pong; controlar el mercado futbol¨ªstico por Internet y escuchar a Caetano Veloso. Nada, sin embargo, le hace m¨¢s compa?¨ªa que el gol, y el gol le ha dejado de momento. Desesperado, presa de la ansiedad, harto de la ch¨¢chara del f¨²tbol, Ronaldo busca una salida, consciente de que le falta espacio para jugar, para respirar y para golear. "No le atormenten", ha dicho el viejo Zagalo. "Le vi mucho mejor en el segundo tiempo contra Chile". Dice su gente que es el anuncio de que Ronaldo est¨¢ ya en la sala de embarque listo para despegar. Francia necesita al Ronaldo de carne y hueso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.