El hombre llamado a construir el di¨¢logo

David Trimble confirm¨® ayer su perfil como pieza clave en la construcci¨®n de un di¨¢logo entre los norilandeses protestantes que quieren vivir bajo la bandera brit¨¢nica y los republicanos cat¨®licos ansiosos de ver el fin del control de Londres. Trimble reafirm¨® ayer su fe en el proceso de paz afirmando que es hora de trabajar y trabajar con seriedad. Pero el dirigente de 53 a?os que abandon¨® su c¨¢tedra de leyes para lanzarse a las turbulentas aguas de la pol¨ªtica norirlandesa, debe primero tratar de apagar la rebeli¨®n en las filas protestantes. Su Partido Unionista del Ulster (UUP) est¨¢ profundamente dividido y expuesto a los embates de fuerzas recalcitrantes como las del septuagenario predicador Ian Paisley, del Partido Democr¨¢tico de Ulster (UDP), que lo acusan de traici¨®n a la causa unionista.La prueba inmediata para Trimble no es simple. Tarde o temprano tendr¨¢ que aceptar o rechazar p¨²blicamente la mano de Gerry Adams, el l¨ªder del Sinn Fein demonizado por los protestantes.

Trimble era hasta hace poco ¨ªdolo de los mismos protestantes que hace 20 a?os formaron milicias en los clubs irlandeses donde hab¨ªa (y todav¨ªa hay) m¨¢s lealtad a Londres que a Belfast, Dubl¨ªn y Derry. Su llegada a la c¨²pula del UUP fue accidental. La renuncia forzada de Jaques Molyneaux, considerado d¨¦bil por las bases del Ulster fan¨¢ticamente protestante y probrit¨¢nico, empuj¨® a Trimble a la jefatura de un movimiemtno armado y construido en esl¨®ganes como "Jam¨¢s una rendici¨®n" y "Ni un cent¨ªmetro al enemigo". Trimble, hijo de una familia de clase media, pol¨ªtico fotografiado m¨¢s de una vez del brazo de Paisley y un hombre totalmente partidario de la Orden de Orange, es, como buen irland¨¦s, un hombre elocuente. Le apasiona la historia y la ¨®pera. Pero sus amigos admiten que hay veces que sus virtudes son eclipsadas por su mal humor.