Un acuerdo saludable
EL TRANSFUGUISMO pol¨ªtico es un fen¨®meno com¨²n a todas las democracias y tan antiguo como el debate sobre qui¨¦n ostenta la titularidad de un cargo electo: el individuo, el partido o la coalici¨®n en cuyas listas lo obtuvo. Su proliferaci¨®n en Espa?a, especialmente en los Ayuntamientos, lo han convertido en una pandemia que desestabiliza gobiernos locales, invita a las corruptelas y fomenta las deslealtades a partidos y electores.Por eso resulta muy saludable que el Gobierno y el PSOE hayan llegado a un acuerdo para combatir un transfuguismo que el texto convenido tacha de "patolog¨ªa pol¨ªtica de nuestro sistema". Los dem¨¢s partidos se han sumado al pacto, que habr¨¢ de firmarse la pr¨®xima semana. Se trata del establecimiento de un c¨®digo deontol¨®gico que dificulte conductas que causan graves problemas a la gobernabilidad de los Ayuntamientos y para las que el Derecho no tiene respuesta. La jurisprudencia del Tribunal Constitucional dicta que los representantes de los ciudadanos no pueden ser destituidos por una voluntad distinta a la del propio electorado.
A estas alturas, los partidos democr¨¢ticos debieran ser perfectamente conscientes de que el transfuguismo pol¨ªtico perjudica a todos por igual. Aunque en ocasiones sea grande la tentaci¨®n de aceptar apoyos -inesperados o solicitados- de tr¨¢nsfugas de los partidos rivales. Porque todos se han visto ya afectados por este fen¨®meno en alg¨²n punto de la geograf¨ªa espa?ola y todos han ca¨ªdo alguna vez. Y porque, adem¨¢s de violentar la voluntad de uno u otro electorado, el transfuguismo mina el prestigio y pervierte el funcionamiento de la democracia representativa. Adem¨¢s de fomentar los intercambios irregulares de favores, los acuerdos oscuros y la compra-venta de votos. En resumen, la corrupci¨®n.
Los partidos acuerdan por ello rechazar y no admitir en su grupo pol¨ªtico a concejales de otras candidaturas mientras mantengan el cargo obtenido en su partido original. Se comprometen adem¨¢s a "impedir la utilizaci¨®n de tr¨¢nsfugas para constituir, mantener o cambiar las mayor¨ªas de gobierno de las instituciones", as¨ª como a aislar a los tr¨¢nsfugas. El acuerdo deber¨¢ entrar en vigor con el pr¨®ximo mandato de las Corporaciones Locales. Con este c¨®digo no se impedir¨¢n del todo las tentaciones de utilizar tr¨¢nsfugas del rival pol¨ªtico para beneficio propio, pero se dispondr¨¢ de un instrumento para denunciar a quien se deje vencer por las mismas.
Si saludable es que los partidos hayan encontrado una base com¨²n para este acuerdo contra un fen¨®meno que a todos perjudica, tambi¨¦n lo es el hecho mismo de que los partidos del arco parlamentario puedan llegar a acuerdos. El talante del ministro de Administraci¨®n Territorial, Mariano Rajoy, que ha llevado el peso de la negociaci¨®n por parte del Gobierno, ha favorecido sin duda el acuerdo. Ser¨ªa muy deseable que este esp¨ªritu se hiciera extensible a tantas cuestiones legislativas a¨²n pendientes de similar entendimiento.
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