Armisticio
En el final de todas la guerras existe una imagen muy pl¨¢stica de un oficial con las botas relucientes que pasa revista a un ej¨¦rcito de circunstancias que ya ha entregado las armas y luego ordena romper filas para que cada uno de los soldados vuelva a lo que interrumpi¨® cuando estall¨® el conflicto. Debajo de las gorras hay euforia o impotencia, seg¨²n pertenezcan a la bandera vencedora o vencida, pero a todos les une el deseo de la desmovilizaci¨®n. Entonces para muchos empieza un episodio muy ps¨ªquico de efectos secundarios. Las guerras duran tanto que ya no encajan en ning¨²n sitio. El conflicto se llev¨® lo mejor de sus a?os. Lo aprendieron todo bajo la presi¨®n del combate. El principio de Arqu¨ªmedes, incluso el amor, la amistad y el odio. Se formaron a la contra porque la raz¨®n estaba de su lado, pero interiorizaron tanto los signos de admiraci¨®n del propagandismo que padecen pesadillas todas las noches. Algunos duermen con la luz encendida y otros s¨®lo consiguen despertarse con el resplandor de los barbit¨²ricos, hasta que un fogonazo final les pone la m¨¦dula ¨®sea fosforescente. La contienda los desvi¨® del taller, el almac¨¦n o el huerto, donde promet¨ªan ser grandes profesionales, hasta convertirlos en unos te¨®ricos muy cient¨ªficos de la herida, casi imprescindibles. Pero la paz les ha convertido en unos in¨²tiles. Ahora los pron¨®sticos m¨¢s fehacientes -si es que no son t¨¦rminos contradictorios- apuntan a que el Consell Valenci¨¤ de Cultura rubrica hoy el acuerdo sobre el conflicto ling¨¹¨ªstico que tanto ha asombrado al turismo en general. Mientras algunos corredores de apuestas exprimen el l¨ªmite con las variables de si se cumple la previsi¨®n o se desbarata en el ¨²ltimo instante, y algunos h¨¦roes vierten toda su inmensa sabidur¨ªa en la utilidad del esfuerzo y los horizontes abiertos, en el interior de muchas cabezas sudadas de ambas orillas hay una neurona con divisa de oficial a punto de pasar revista a la tropa y dar la orden de oxidaci¨®n. Empieza el tiempo de los toxic¨®manos ps¨ªquicos con sus s¨ªndromes de abstinencia.
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