?Explotar¨¢ Brasil?
Versi¨®n com¨²n. El Mundial no nos ha ofrecido la mejor versi¨®n de Brasil. Sigue exageradamente dependiente de la inspiraci¨®n de alguno de sus jugadores. Pero el grupo temible que uno est¨¢ tentado de imaginar no aparece. Una medida de su potencial oculto es que hace pagar muy caro cualquier error a sus rivales. Es letal cuando pilla al adversario desplegado en la salida. Una versi¨®n com¨²n de Brasil, eso s¨ª, es suficiente para triunfar. Ante ella el adversario siempre tiene que jugar a un nivel excepcional para conseguir un partido parejo. Lo malo es que cuando esta situaci¨®n de distancia entre lo potencial y lo real se repite tanto, lo primero entra en el terreno de la duda y lo segundo se confirma. ?Explotar¨¢ Brasil antes de que finalice el Mundial?Esp¨ªritu perfeccionista. Los brasile?os no se conforman con que sus jugadas terminen bien. Tienen que finalizar de la mejor manera posible. Ellos les agregan los toques que convierten una buena en ideal. Entre lo bueno pero imperfecto y lo ideal aun a riesgo de que no salga nada, siempre escogen la opci¨®n de la gran jugada.
Otro Ronaldo. Se le vio habilitando, dando la asistencia de los dos primeros goles de su equipo. Y tambi¨¦n con capacidad de desborde por los costados, especialmente por el derecho. Hay encuentros donde este tipo de posibilidades le hacen parecer mejor. Pero hay otros, como el de ayer, donde aunque uno valore su versatilidad acaba echando de menos su rol tradicional.
Dos grandes jugadores. Es extra?o encontrar dos grandes jugadores en una misma familia: Michael y Brian Laudrup. Poder fundir la pausa del mayor, su capacidad para espiar el pase que es imperceptible para los normales, con la explosividad y el cambio de ritmo del menor ya ser¨ªa un milagro. Y el f¨²tbol tendr¨ªa su indiscutible nuevo rey.
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