?Culpables o responsables?
VORO MAROTO El dram¨¢tico accidente acaecido en la sala de m¨¢quinas del Proof Spirit ha servido para azuzar el eterno debate sobre la siniestralidad laboral y abrir un procedimiento judicial de caracter¨ªsticas tan complejas como consecuencias imprevisibles. La investigaci¨®n del siniestro ocurrido en los astilleros de Uni¨®n Naval de Levante (UNL) en Valencia, el m¨¢s grave registrado en Espa?a en los ¨²ltimos 14 a?os, est¨¢ siendo larga y complicada. Larga porque la importancia del caso as¨ª lo exige, complicada porque determinar qu¨¦ o qui¨¦n pudo provocar la tragedia no es f¨¢cil: UNL, como casi todas las empresas del sector, contrat¨® a un variopinto entramado de empresas -contratas y subcontratas encargadas de armar diversas partes del buque- que convierten el "organigrama de la empresa en un jerogl¨ªfico de dif¨ªcil soluci¨®n", en palabras del fiscal encargado del caso. ?ste, en sinton¨ªa con el titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 9 de Valencia, intenta averiguar qu¨¦ compa?¨ªa -en definitiva, qu¨¦ operario- era el encargado de cada parte del proceso de fabricaci¨®n del barco. Y todo ello con una intenci¨®n: localizar al responsable del sistema de tuber¨ªas del Proof Spirit. Los informes t¨¦cnicos apuntan a que el fallo de una de las bridas de los conductos de combustible, en el que hubo una fuga de gasoil cuando varios trabajadores realizaban trabajos de soldadura, provoc¨® la deflagraci¨®n que seg¨® la vida de 18 trabajadores. No obstante, la localizaci¨®n del responsable de ese error, si es que existi¨®, es s¨®lo un primer paso en la instrucci¨®n de la causa, y en ning¨²n caso implica que ¨¦l sea el culpable. Ni siquiera que ese trabajador an¨®nimo sea, en cierta manera, responsable. Error humano o negligencia De hecho, y como no pod¨ªa ser de otra manera, la empresa y las acusaciones particulares -cuatro abogados representan al comit¨¦ de empresa y a las familias de los tres fallecidos que no llegaron a un acuerdo con UNL y las aseguradoras sobre las indemnizaciones- discrepan respecto de las causas de la tragedia. Una desgracia causada por un error t¨¦cnico y/o humano concreto para los primeros, un fallo producido en una estructura de trabajo marcada por la falta de seguridad para los segundos. Los tribunales determinar¨¢n que parte lleva raz¨®n, si es que alguna est¨¢ en posesi¨®n de ella. No obstante, un a?o despu¨¦s del accidente, el juez y el fiscal ya han tomado algunas decisiones. La acusaci¨®n p¨²blica ha decidido imputar a los tres trabajadores de UNL, los m¨¢ximos responsables de la construcci¨®n del carguero, por su supuesta relaci¨®n con el caso. Alberto Vel¨¢zquez, director de operaciones, Antonio Illade, jefe del buque y Jes¨²s Ortuoste, jefe de m¨¢quinas del Proof Spirit, ya han desfilado por el juzgado, asesorados por los abogados de la compa?¨ªa. Su imputaci¨®n presupone que podr¨ªan tener relaci¨®n con el siniestro dada su competencia, pero, de momento, no implica acusaci¨®n alguna. Sus declaraciones han servido para aclarar c¨®mo se desarroll¨® la construcci¨®n de la nave y acotar las responsabilidades directas sobre las distintas ¨¢reas de trabajo. Por contra, no han arrojado luz sobre los motivos que pudieron desencadenar la tragedia que ha marcado a toda una empresa. Las declaraciones judiciales que a¨²n est¨¢n pendientes deber¨¢n aportar m¨¢s datos. Tambi¨¦n de los numerosos informes periciales, que ya han sido entregados al juez, y que han sido realizados por el comit¨¦ de empresa, la inspecci¨®n de Trabajo, la policia judicial y la propia empresa deber¨¢n dar luz a un tr¨¢gico accidente del que el pasado viernes se cumpl¨ªa el primer aniversario. En la manifestaci¨®n que protagonizaron los trabajadores de UNL coincidiendo con el aniversario del accidente, varios familiares de los fallecidos depositaban su confianza en que la justicia sea capaz de desentramar el complejo sistema de fatalidades que convirti¨® una calurosa ma?ana de julio en el peor d¨ªa de la vida de 18 fam¨ªlias.
El responsable de tuberias del buque declara hoy ante el juez
El responsable de tuber¨ªas declara hoy, lunes. Su testimonio puede ser b¨¢sico en el desenlace de la instrucci¨®n. De especial trascendencia pueden ser tambi¨¦n las comparecencias del resto de operarios que confeccionaron los conductos del combustible, pertenecientes a una contrata, Insertank, y las de los responsables de seguridad e higiene laboral de UNL, Ram¨®n Garz¨®n y Manuel Quevedo. Todos ellos declarar¨¢n ante el juez en condici¨®n de imputados. Sus aportaciones a la causa servir¨¢n, con toda probabilidad, para dar por terminado el proceso de declaraciones. Conclu¨ªda la fase t¨¦cnica (los informes periciales fueron presentados hace meses) y acabada la testifical, el juez deber¨¢ decidir, con el fiscal, el siguiente paso: el archivo de la causa -hip¨®tesis poco probable- o la celebraci¨®n del correspondiente juicio oral. ?ste se celebrar¨ªa en un juzgado de lo Penal o en la Audiencia de Valencia si el juez estima la posible violaci¨®n de alg¨²n art¨ªculo de la legislaci¨®n vigente. Las acusaciones lo tienen claro: el sistema de trabajo articulado en UNL favoreci¨®, o al menos no impidi¨®, la concurrencia de una serie de fatalidades que acabaron en drama. A eso le llaman negligencia, algo que puede ser constitutivo de un delito de imprudencia y puede acabar en indemnizaciones millonarias. La empresa, por contra, mantiene un prudente y respetuoso silencio -como recalcan los portavoces de UNL- para no interferir en la investigaci¨®n judicial, "evitar un posible juicio paralelo al margen de los tribunales" y no incurrir en una "grav¨ªsima falta de respeto tanto al procedimiento judicial en marcha como a los trabajadores fallecidos y sus compa?eros". Defensa de UNL La compa?¨ªa, que cerr¨® acuerdos indemnizatorios con la pr¨¢ctica totalidad de las familias de los fallecidos (15 de 18), con cantidades que rondaban los 20 millones de pesetas para los herederos legales de las v¨ªctimas, no duda en afirmar que las medidas de seguridad "adoptadas en la empresa han sido siempre las legalmente exigibles y estrictamente aplicadas". Ning¨²n dato anterior al 3 de julio de 1997 desmiente esta afirmaci¨®n, sin embargo, tambi¨¦n es cierto que desde que ocurriera el accidente el pasado 3 de julio de 1997, estas medidas de seguridad se han incrementado. Ya no se carga combustible con personal a bordo del buque y se han abierto en el casco una especie de salidas de emergencia. Para corroborar las tesis de UNL ante los tribunales, los astilleros han contratado a un jurista de evidente solvencia: Carlos Bueren, ex juez de la Audiencia Nacional y magistrado de cach¨¦ tan elevado como prestigio reconocido.
El estado de las bridas que un¨ªan las tuber¨ªas del buque, clave para el caso
ValenciaLos informes periciales realizados para intentar aclarar el motivo por el que se produjo la deflagraci¨®n en la sala de m¨¢quinas del Proof Spirit coinciden en que al menos se produjeron tres fugas del combustible que se estaba cargando en los dep¨®sitos del barco, escapes localizados en las bridas que unen las tuber¨ªas. El accidente se produjo el 3 de julio del a?o pasado, y seis d¨ªas m¨¢s tarde se realiz¨® una reproducci¨®n de la carga de combustible. En dicha reproducci¨®n se utilizaron id¨¦nticos elementos que los que participaban en la carga.La ¨²nica excepci¨®n es que se emple¨® agua en lugar de gasoil. EL PA?S ha tenido acceso a un video que recoge dicha reproducci¨®n y que forma parte de las pruebas de que dispone el juez. En dicha grabaci¨®n se aprecia como unos segundos despu¨¦s de que se iniciara la simulada carga de combustible, por una de las bridas, comienza a salir agua, momento al que corresponde la imagen superior, obtenida de la grabaci¨®n de video y en la que se aprecia una de las fugas. En el informe de la inspecci¨®n de Trabajo, se recoge el siguiente relato de hechos: "Transcurridos 27 segundos desde la suelta de combustible, un trabajador que se hallaba junto a los bomberos se percat¨® de que por una de las bridas del circuito de carga de gas¨®leo comenzaba a fluir un l¨ªquido que se derramaba primero a borbotones y acto seguido en aspersi¨®n, redondo como un abanico". Esta es la secuencia que se puede ver en el v¨ªdeo, un momento que resulta aterrador por la gran cantidad de agua -en el d¨ªa del accidente era combustible- que en pocos segundo corr¨ªa por todo el suelo de la sala de m¨¢quinas. La acumulaci¨®n de gas¨®leo, los trabajos de riesgo y la gran cantidad de cables que recorr¨ªan todo el buque (en el video se aprecian algunas bombillas colgadas con aparente escasa proteci¨®n) son los componentes del tr¨¢gico cokctail que provoc¨® la deflagraci¨®n. Ahora en manos del juzgado est¨¢ la labor de saber si esa fuga de combustible fue producto de alguna negligencia. Tambi¨¦n si era o no imprudente permitir que se realizasen actividades claramente incompatibles -soldar y cargar combustible- al mismo tiempo. Todas esas decisiones podr¨ªan llevar a m¨¢s de alg¨²n responsable de la construcci¨®n del buque a sentarse en el banquillo de los acusados.
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