Un 'thriller' de sacrist¨ªa
Es descubrir el Mediterr¨¢neo decir que Wim Wenders es un cineasta que se sabe bien su oficio y rueda pel¨ªculas que se sostienen gracias al s¨®lido andamio que las mete dentro. Es un director que tiene muchos seguidores, algunos incondicionales, y esto le permite hacer los filmes que le viene en gana, porque cuando menos los amortiza. Pero no hace falta ser lince para ver que tan afamado cineasta se siente con bula de gran pensador, que le lleva a meter en sus filmes metralla de encumbrado poeta metaf¨ªsico. No, gracias.
Es hombre de paz y desde que le dio por echar ojeadas al Cielo sobre Berl¨ªn observa a este cochino mundo con ojos inundados de perdonador ang¨¦lico. Est¨¢ en su derecho al querer te?ir los sucios fregados del suelo que no pisa con barnices de sacrist¨ªa, agravados por el engolamiento, pero el espectador incr¨¦dulo tambi¨¦n lo est¨¢ al tomarse a choteo su severidad flageladora de nuestras inmundicias. Ahora, bajo especie formal de thriller, obviamente vista la bronca humana desde las nubes, nos propone nada menos que El final de la violencia, y a m¨¢s de uno nos trocha un malvado regocijo esc¨¦ptico. Una pena que moralista tan dotado nos haga perder (insisto, a los incr¨¦dulos) el tiempo, vi¨¦ndole vestir con ropajes de realidad esta hueca trola negra, perfumada y tediosa.
El final de la violencia
EE UU, 1991 (89 m.). Director: Gilbert Cates. Int¨¦rpretes: Henry Winkler, Karl Malden.
Direcci¨®n: Wim Wenders Gui¨®n: N
Klein. Francia, Alemania, EE UU, 1997. Int¨¦rpretes: Bill Pullman, Andie McDowell, Gabriel Byrne. Madrid: Aluche, Ideal (V.O.), Conde Duque, Imperial, Paz, Real, Cristal, Cine Cit¨¦.
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