La densa nebulosa que a¨²n envuelve a la nube
Reconstrucci¨®n de los hechos que se supone ocurrieron el d¨ªa en que saltaron las alarmas en toda Europa
La relaci¨®n entre la chatarra contaminada fundida por Acerinox el 30 de mayo y la nube radiactiva que fue denunciada por varios pa¨ªses europeos 12 d¨ªas despu¨¦s no ha sido demostrada convincentemente. Fue el Consejo de Seguridad Nuclear espa?ol (CSN) el organismo que sugiri¨® esa conexi¨®n, y lo hizo bas¨¢ndose en la coincidencia temporal y en que ambos hechos ven¨ªan provocados por el mismo is¨®topo (cesio-137). Pero los propios responsables del Consejo de Serugidad admiten que esos indicios no son concluyentes. Y por su parte Acerinox considera que la hip¨®tesis es "inveros¨ªmil".Seg¨²n Federico Lanzaco, adjunto a la direcci¨®n de Acerinox, "todo hace suponer que el cesio-137 procedente de la fundici¨®n qued¨® retenido ¨²nicamente en los conductos y filtros del horno, y no lleg¨® a salir al exterior". Su argumento es que, a la temperatura a la que los gases salen de ese horno (unos 80?C), los compuestos de cesio son s¨®lidos que no pueden escapar.
Por otra parte, los t¨¦cnicos de la empresa no encontraron rastros de cesio en la chimenea de 22 metros por donde se supone que salieron a la atm¨®sfera.
Asimismo se?ala Lanzaco que en aquellos d¨ªas los vientos eran muy flojos (menos de 0,5 metros por segundo) y llevaban direcci¨®n sureste, por lo cual resulta muy improbable, seg¨²n ¨¦l, que la nube radiactiva pudiese atravesar el Mediterr¨¢neo sin ser detectada en ning¨²n momento y llegase a hasta los Alpes, tal como ha sugerido el Consejo de Seguridad Nuclear.
Por otra parte, la relativa coincidencia temporal entre la nube y la fundici¨®n pudo parecer muy significativa en su momento. Pero, visto que en los ¨²ltimos ocho d¨ªas se ha informado de otras dos partidas de chatarra contaminada, y dado asimismo que la mayor¨ªa de esas entregas pasan probablemente inadvertidas en muchas acer¨ªas espa?olas y de otros pa¨ªses, semejante argumento ha acabado por perder mucha fuerza.
El subdirector de ciclo y residuos del Consejo de Seguridad Nuclar, Eugenio Gil, admite estas objeciones.
Procediera o no la nube radiactiva de la planta de Acerinox, el caso es que esta factor¨ªa, pese a estar bien equipada contra las radiaciones, tard¨® nueve d¨ªas en confirmar que hab¨ªa penetrado cesio radiactivo en sus instalaciones.
Para entonces, los residuos de la fundici¨®n hab¨ªan contaminado las plantas de inertizaci¨®n de Palos de la Frontera (Huelva) y Fregenal de la Sierra (Badajoz), adem¨¢s de la propia planta algecire?a. ?C¨®mo fue esto posible?
La partida de chatarra contaminada entr¨® en la planta de Acerinox el 30 de mayo sin que los detectores saltaran. La empresa y el Consejo de Seguridad Nuclear ofrecen dos posibles razones para ese fallo.
El primer motivo ser¨ªa que uno de los arcos detectores, el de la entrada del puerto, estaba desconectado. La segunda raz¨®n es que el material radiactivo suele ir blindado y escapa al sistema. La chatarra se fundi¨® ese mismo d¨ªa.
Dos jornadas despu¨¦s, el 2 de junio, los t¨¦cnicos se sorprendieron al ver que un cami¨®n vac¨ªo hac¨ªa saltar una de las alarmas de la factor¨ªa algecire?a.
La empresa asegura que inici¨® inmediatamente una inspecci¨®n de las 83.000 toneladas de acero que ten¨ªa en ese momento en proceso de transformaci¨®n, y tambi¨¦n en los hornos, equipos y chatarras.
Los t¨¦cnicos de la empresa no detectaron indicios de radiactividad, y continuaron las comprobaciones durante el 3 y el 4 de junio, siempre con el mismo resultado negativo. Los empleados concluyeron que la alarma hab¨ªa saltado el d¨ªa 2 debido a un problema t¨¦cnico (corrientes inducidas) del que ya exist¨ªan dos antecedentes.
Sin embargo, el viernes 5 de junio apreciaron una ligera pero significativa radiactividad ambiental en los enfriadores del horno el¨¦ctrico n¨²mero 1. En consecuencia, decidieron parar ese horno inmediatamente. De cualquier manera, las cenizas segu¨ªan arrojando unos resultados negativos.
No fue hasta el lunes, d¨ªa 8, cuando las mediciones revelaron un incremento de radiactividad en la misma zona del horno n¨²mero 1. Puesto que el horno llevaba parado desde el viernes, los t¨¦cnicos pensaron que no ten¨ªa sentido que su actividad creciera, por lo que se reafirmaron en la teor¨ªa de que todo se derivaba de un problema de car¨¢cter t¨¦cnico (como el que hab¨ªa hecho saltar la alarma con el cami¨®n vac¨ªo).
Pero la llegada de unos nuevos medidores m¨¢s avanzados, el d¨ªa 9, les hizo cambiar por fin de idea: no hab¨ªa duda de que exist¨ªa un contaminante, y se trataba de cesio-137. S¨®lo entonces avisaron al Consejo de Seguridad Nuclear.
Vistos aquellos hechos con la ventaja de la perspectiva, est¨¢ claro que no debieron esperar tanto. El presidente del CSN, Juan Manuel Kindel¨¢n, despachar¨ªa luego ese asunto con cierta frialdad en su comparecencia parlamentaria: "Por lo que sabemos", manifest¨®, "la empresa sospechaba el problema desde el d¨ªa 2 de junio, pero opt¨® por tener confirmaci¨®n y una valoraci¨®n inicial de las consecuencias antes de ponerse en contacto con las autoridades".
Lo cierto es que tampoco Kindel¨¢n se apresur¨® a hacer p¨²blico el incidente. El d¨ªa 9 orden¨® a la factor¨ªa sellar la zona afectada y envi¨® un equipo de inspecci¨®n a la planta, que emple¨® dos d¨ªas m¨¢s (10 y 11 de junio) en confirmar la contaminaci¨®n. El d¨ªa 12 el Consejo de Seguridad Nuclear decidi¨® por fin dar a conocer el caso a las instituciones y los medios informativos
Esta versi¨®n de Kindel¨¢n ha quedado oscurecida finalmente por el hecho de que, horas antes de facilitar esa comunicaci¨®n, cuatro pa¨ªses europeos hab¨ªan anunciado ya la detecci¨®n de cesio radiactivo en sus sistemas de vigilancia.
Ese mismo d¨ªa, el Consejo de Seguridad Nuclear estableci¨® una correlaci¨®n entre ambos hechos. A partir de ah¨ª, tanto Acerinox como el Consejo de Seguridad Nuclear recibieron generalizadas acusaciones de tardanza y secretismo.
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