"Estamos donde est¨¢bamos", dice el presidente de la anterior comisi¨®n

El catedr¨¢tico Celso Almui?a, presidente de la comisi¨®n que elabor¨® el programa de historia que sirvi¨® de base al anterior proyecto de Esperanza Aguirre, afirma con iron¨ªa que es f¨¢cil "estar de acuerdo en que hay que reforzar las humanidades y en que los alumnos deben leer", como ha recomendado la nueva comisi¨®n de humanidades. "Estamos donde est¨¢bamos. Las conclusiones son m¨¢s bien puntos de partida. Lo que deseo es que entre todos seamos capaces de encontrar propuestas que mejoren realmente la ense?anza. Cuando tengamos otro documento con propuestas concretas, entonces podremos hablar con propiedad". Almui?a considera que el proyecto de la comisi¨®n que presidi¨® era, como la propia comisi¨®n, abierto y plural, en absoluto retr¨®grado, centralista o unitario. Por ello no se explica c¨®mo pudo ser tan cuestionado en ¨¢mbitos pol¨ªticos y medi¨¢ticos ni por qu¨¦ se consider¨® que atacaba la LOGSE, una ley de la que, con algunas objeciones, Almui?a se declara partidario.Se muestra esc¨¦ptico sobre la posibilidad de que un congreso permita encauzar la situaci¨®n, que, en su opini¨®n, "se encuentra en un punto tan cr¨ªtico o m¨¢s que hace un a?o", por el riesgo de que los nacionalismos utilicen la historia como "formaci¨®n del esp¨ªritu nacional".

"Historia oficial"

"?Qu¨¦ se podr¨ªa acordar en un congreso? ?Un programa de m¨ªnimos? Es impensable. ?Una historia oficial? No creo en una verdad oficial ni por consenso. Las verdades hist¨®ricas no se pueden imponer y, desde luego, nosotros no lo pretendimos. Como mucho, ser¨ªa ¨²til acordar los objetivos, pero los objetivos de la ense?anza de la historia no son s¨®lo hist¨®ricos, son educativos y sociales", manifiesta Almui?a.En cualquier caso, a?ade, "lo que podr¨ªa ser necesario es un congreso de profesores de secundaria. Ellos son los que tienen y deben tener libertad interpretativa, metodol¨®gica y pedag¨®gica. Pero la verdad es que los contenidos son habas contadas".

El presidente de la primera comisi¨®n asegura que lo que se intent¨® en su momento fue dar carta de naturaleza a lo que los profesores hacen de verdad en clase y lo que se publica realmente en los libros de texto. No obstante, asegura, "aunque aquel texto era muy v¨¢lido desde el punto de vista cient¨ªfico y pedag¨®gico, ya no sirve. Est¨¢ pol¨ªticamente quemado". "No me preocupa mi honra personal, pero considero que hay asuntos de Estado. Y la educaci¨®n lo es. Digo de Estado: no que deba ser impuesto, sino que no debe jugarse en el campo pol¨ªtico, porque nos estamos jugando la pluralidad y la convivencia", advierte Almui?a.