La fiesta roza la tragedia
La alegr¨ªa en los Campos El¨ªseos, empa?ada por la acci¨®n de una perturbada que atropell¨® a 80 personas
Los fastos franceses por la consecuci¨®n del Mundial bien pudieron acabar la noche del ¨¦xito en tragedia sobre los Campos El¨ªseos parisinos. Sobre las tres de la ma?ana, y cuando m¨¢s de un mill¨®n de franceses desataban su euforia en la famosa avenida, 80 personas fueron v¨ªctimas del nerviosismo de una aficionada perturbada y en tratamiento psiqui¨¢trico. Al frente de su coche, una funcionaria de la Administraci¨®n P¨²blica que hab¨ªa salido a celebrar la victoria gala, intent¨® atravesar la masa que abarrotaba los Campos El¨ªseos y, presa del hormiguero humano, no acert¨® sino a acelerar su veh¨ªculo y a arrollar a 80 personas. Once de ellas resultaron gravemente heridas y tuvieron que ser evacuadas al hospital. Milagrosamente no hubo muertos. La mayor¨ªa sufren fracturas en las extremidades y lesiones superficiales en el cr¨¢neo pero sin riesgo para sus vidas. Las 69 personas restantes presentaban magulladuradas y contusiones m¨²ltiples.A pesar de la masiva concentraci¨®n que poblaba la avenida, el dispositivo de seguridad y los servicios de auxilio pudieron actuar con gran rapidez al contar con la ayuda de los aficionados pr¨®ximos al lugar del accidente. De este modo, los socorristas pudieron concentrar f¨¢cilmente a los heridos y auxiliarles.
La agresora, atemorizada por el suceso, se present¨® voluntariamente ayer por la ma?ana en un puesto de polic¨ªa de Les Yvelines, localidad al norte de Par¨ªs y muy pr¨®xima a donde el actual campe¨®n del mundo ten¨ªa instalado su cuartel de concentraci¨®n, en Clairefontaine. Hab¨ªa llamado a su hijo, y ¨¦ste la convenci¨® para hacerlo. En su declaraci¨®n, la funcionaria, de 44 a?os de a?os, confes¨® ser v¨ªctima de problemas psicol¨®gicos y del nerviosismo que la produjo el verse atrapada en la masa euf¨®rica. Hab¨ªa dejado a una amiga en su casa y su intenci¨®n era sumarse a la celebraci¨®n. Claramente se desbord¨®. Tras abandonar el coche volcado anduvo deambulando por las calles varias horas.
Veh¨ªculos destrozados
Pero no fue la ¨²nica en verse envuelta en serios problemas. Los contados aficionados que se aventuraron a acercarse en coche al Arco del Triunfo -los Campos El¨ªseos, como ya sucedi¨® el mi¨¦rcoles pasado en la celebraci¨®n del pase a la final, estaban cerrados a la circulaci¨®n- vieron como sus veh¨ªculos se convert¨ªan en el blanco de los aficionados que no sab¨ªan c¨®mo manifestar su euforia. Avanzar se convert¨ªa en una misi¨®n tan imposible como el evitar que el coche fuera tambaleado o asaltado por numerosas personas que, subida al cap¨® o al techo, enarbolaban la bandera francesa. En la mayor¨ªa de los casos, y gracias a la alegr¨ªa reinante, la situaci¨®n no iba m¨¢s all¨¢ de una discusi¨®n entre el conductor y los okupas, si bien muchos de los coches sufrieron algunos desperfectos.Pero en general la celebraci¨®n se llev¨® a cabo en un ambiente cordial y deportivo. Los franceses se echaron a la calle, abarrotaron las calles y celebraron con c¨¢nticos y banderas la hist¨®rica victoria de su equipo. En el metro parisino, los pocos aficionados brasile?os que se dejaron ver tras la derrota de su equipo eran consolados y aplaudidos por su buen comportamiento. Poco importaba que las estaciones que dan acceso a los puntos neur¨¢lgicos de la celebraci¨®n estuviesen cerrados al p¨²blico para evitar el colapso. La marcha a pie era una oportunidad para compartir alegr¨ªas.
En esta ocasi¨®n, los franceses ten¨ªan un excelente motivo para peregrinar en masa hacia el Arco del Triunfo. All¨ª, les esperaba el rostro proyectado de Zidane, el h¨¦roe de la noche, y un lema que rezaba: "La victoria est¨¢ en nosotros". Sucesivamente, tambi¨¦n se iluminaba el 3-0 que muchos aficionados hab¨ªan ya grabado en sus rostros, un "campeones" o un gran "merci beaucoup". Una gigantesca camiseta de la selecci¨®n colgaba de la fachada de un edificio pr¨®ximo al famoso arco. La riada humana continu¨® la celebraci¨®n durante toda la madrugada. Muchos no tuvieron alternativa puesto que, sin previo aviso, el servicio nocturno de autobuses que cubre la ciudad dej¨® de funcionar.
Nadie acertaba a explicar si los conductores se hab¨ªan declarado en huelga o si bien, ante la imposibilidad de circular por numerosos puntos de la ciudad, decidieron no trabajar y unirse a la fiesta.
De este modo, el primer metro de la jornada de ayer, a las 5.30 horas, se convirti¨® de nuevo en aglutinador de la masa. Eso s¨ª, el fr¨ªo, la lluvia amenazante y toda una noche de desenfreno hab¨ªan hecho mella y el cansancio superaba al j¨²bilo en el rostro de los miles de aficionados.
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