El partido liberal carece de liderazgo para responder a la dif¨ªcil situaci¨®n econ¨®mica

El primer ministro Ryutaro Hashimoto podr¨ªa haber enojado a sus propios ciudadanos y al resto del mundo con su desgana para atajar los problemas econ¨®micos de Jap¨®n, pero si ¨¦l parec¨ªa incapaz de encontrar soluciones, las alternativas para sustituirle pueden ser peores. A ra¨ªz de la dimisi¨®n de Hashimoto ante la derrota de su partido en las elecciones al Senado del pasado domingo, han aparecido dos posibles candidatos a ocupar su lugar: el actual ministro de Exteriores, Keizo Obuchi, y Seiroku Kajiyama, antiguo secretaro del Gobierno y rival de Hashimoto en el partido.

Keizo Obuchi, de 61 a?os, siempre al margen de esc¨¢ndalos pol¨ªticos, ha demostrado su capacidad para superar sus errores, a pesar de que los analistas le describen como alguien a cuyo lado Hashimoto puede parecer incluso din¨¢mico.Mientras EEUU y algunos pa¨ªses asi¨¢ticos se mantienen a la espera de que aparezca una cara nueva para dirigir el Gobierno nip¨®n, la de un l¨ªder en¨¦rgico capaz de superar estos momentos dif¨ªciles y reavivar la econom¨ªa, los japoneses no ven a ese tipo de persona en el horizonte cercano. Obuchi, desde luego, no se corrresponde con ese modelo. Incluso en un pa¨ªs donde son escasos los l¨ªderes carism¨¢ticos, la carrera de Obuchi es poco memorable.

"Obuchi no consigue motivar a nadie", ha manifestado John F.Neuffer, especialista en pol¨ªtica japonesa del Instituto Mitsui de Investigaci¨®n de la Marina, en Tokio. "Si finalmente resulta elegido", a?ade Neuffer, "ser¨¢ simplemente un t¨ªtere en manos de los pesos pesados del partido".

Esta opini¨®n tambi¨¦n es aplicable a otros candidatos, pero el ministro de Asuntos Exteriores parece m¨¢s ins¨ªpido y maleable que el resto. El candidato conservador es poco conocido en Jap¨®n, no se le atribuyen importantes proyectos pol¨ªticos y se ignoran sus ambiciones. Obuchi ha ayudado a resolver iniciativas diplom¨¢ticas iniciadas por Hashimoto -como suavizar las relaciones con Rusia-, pero nunca ha utilizado su poder pol¨ªtico para defender iniciativas propias. Seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas, a menudo permit¨ªa a los bur¨®cratas de carrera del Ministerio de Asuntos Exteriores tomar decisiones cruciales.

La perspectiva de que el amigo de Hashimoto ocupe el cargo de primer ministro plantea algunas dudas sobre el fondo del sistema pol¨ªtico japon¨¦s. Pese a que las urnas indican que la poblaci¨®n p¨¬de el l¨ªder que nunca lleg¨® a ser Hashimoto, el partido en el Gobierno s¨®lo tiene a mano sustitutos con menos personalidad a¨²n. La raz¨®n que explica esta situaci¨®n es que en un pa¨ªs virtualmente con un sistema de partido ¨²nico, el ascenso se produce mediante la veteran¨ªa y la amistad, y Obuchi, de 61 a?os, es extremadamente veterano y sabe relacionarse.

El segundo candidato a la jefatura del Gobierno, es el antiguo secretario del Gobierno Seiroku Kajiyama, de 72 a?os. Aparentemente m¨¢s contrario a las fuerzas tradicionales y conservadoras, atac¨® en varias ocasiones los acuerdos de seguridad firmados con EEUU y que tanto molestaron a sus vecinos asi¨¢ticos. Este candidato abandon¨® el Gobierno en agosto del a?o pasado, disgustado por la negativa de Hashimoto a buscar una alianza entre los conservadores y la oposici¨®n.

Ex ministro de Interior y de Comercio, ha impulsado la reforma bancaria desde el Parlamento, donde ha asegurado que el n¨²mero de bancos japoneses deber¨ªa reducirse a m¨¢s de la mitad para lograr la reestructuraci¨®n del sector.