Las flores del pasado

En el mercado del rock resulta dif¨ªcil mantener el tipo cuando no se est¨¢ avalado continuamente por n¨²meros de seis cifras. M¨¢xime cuando lo que se predic¨® en la soberbia juventud fue la alegr¨ªa de vivir, los comportamientos disipados y el apartamiento voluntario del establishment. De tal modo, el sentido com¨²n apunta que hay que trazar un plan para conservarse en condiciones, por si hubiera que volver alg¨²n d¨ªa.No obstante, el calor enlatado se conserva relativamente. No hay m¨¢s que echar un vistazo al estado de forma del bater¨ªa del grupo Fito de la Parra y al tripudo ex-bajista original Larry Taylor, reconvertido ahora en guitarrista para volver a hacer florecer junto a su compinche las flores del pasado.

La m¨ªtica banda que ya brillara en el Woodstock de hace treinta a?os mastica ahora sus blues con la paciencia de un viejo sin dientes, pero en la boca alg¨²n sabor aut¨¦ntico les queda y eso se percibe.

El blues es una m¨²sica para disfrute de todas las generaciones. El motivo de echarse tan mayores otra vez a la carretera es la edici¨®n el a?o pasado de un nuevo disco, Canned Heat Blues Band, con dedicatoria al fallecido cantante y compositor Bob Hite. Blues y m¨¢s blues, tocado en tempo de swing con el caracter¨ªstico charles de bater¨ªa de feria, que es marca de la casa, y con la intervenci¨®n de un fogoso slide guitar.

Tal se vivi¨® la actuaci¨®n de este grupo, que tal vez sea hoy por hoy m¨¢s material para bar grande o escenario de colegio mayor, que de discoteca lujosa.

Tres de los cuatro componentes se alternaron en el oficio de cantar, aportando oficio, coraz¨®n y el buen hacer que da la experiencia. Naturalmente, los dos mejores momentos de la noche coincidieron con la interpretaci¨®n de Fito de los cl¨¢sicos de la era hippie: On the road (again) y el Going up the country.