Cuarenta a?os dando ca?a

La de Francisco Montero ha sido una vida de dulce. De peque?o ayud¨® a su abuelo a elaborar miel de ca?a. Continu¨® fabricando con su padre az¨²car moreno en la vieja f¨¢brica familiar. Y en 1962, aunque es var¨®n soltero, pari¨® un ni?o de tez dorada que durante casi cuarenta a?os ha embriagado con su melosa personalidad las noches de Granada y su Costa Tropical: el Ron P¨¢lido de Motril. A sus 69 a?os, con media vida dedicada al cuidado y crianza de su v¨¢stago, se siente orgulloso de haber creado uno de los productos con m¨¢s solera de la comarca y no le duelen prendas al asegurar que el suyo es uno de los mejores rones del mundo: "No lo digo yo, lo dicen algunas grandes marcas que han venido por aqu¨ª con la intenci¨®n de comprarme la bodega". La vega de Motril, rememora Francisco Montero, ha sido durante d¨¦cadas la principal zona productora de ca?a de az¨²car en Espa?a. Anta?o exist¨ªan numerosas azucareras que transformaban la ca?a en aguardiente, la base del ron. Pero nadie tuvo la iniciativa de aprovecharlo para fabricar licor aqu¨ª, se limitaban a exportarlo a Barcelona y Canarias donde estaban ubicadas marcas como Negrita y Bacard¨ª. "Al principio me tomaron por loco de atar. Loco, por intentar hacer ron y comercializarlo donde no exist¨ªa tradici¨®n; y de atar, por elaborarlo de forma artesanal, con calidad y sin a?adidos ni manipulaciones", explica. Montero es devoto de Santo Domingo. Al menos del ron que all¨ª se destila, aunque nunca tuvo que visitar el Caribe para igualar la calidad de sus espirituosos. El nacimiento de su hijo le supuso al motrile?o numerosas y tambaleantes melopeas: "Aprend¨ª a fabricar ron bebiendo ron. Compr¨¦ decenas de marcas de Puerto Rico, Cuba, Santo Domingo, Venezuela..., algunas muy dif¨ªciles de conseguir en Espa?a por aquellos tiempos, y cog¨ª las virtudes m¨¢s sobresalientes de cada uno", recuerda. Una extraordinaria habilidad olfativa y gustativa y unos rudimentarios estudios de qu¨ªmica hicieron el resto. Las cuatrocientas botas de roble americano que Montero guarda celoso en su bodega albergan en sus dilatadas panzas madres de ron de m¨¢s de treinta a?os. "Una buena elaboraci¨®n no tiene secretos. Buen aguardiente de ca?a, paladar, constancia y tiempo, mucho tiempo para que vaya envejeciendo sin achaques", aclara. La producci¨®n anual de Ron P¨¢lido es de unos 120.000 litros, cantidad insuficiente para abastecer la demanda recibida por Montero, que nunca se ha planteado potenciar su empresa de dos empleados. "Vender m¨¢s supondr¨ªa abandonar la elaboraci¨®n artesanal y adulterar el ron para acelerar su envejecimiento... y ya existen demasiados fabricantes de ron de cazuela", arguye. Francisco Montero, padre ejemplar, quiere tanto a su hijo que no duda en irse de copas con ¨¦l. "S¨®lo bebo ron. Mi ron. Y s¨®lo una vez a la semana, porque las catas de embotellado me dejan para el arrastre durante varios d¨ªas", ironiza socarr¨®n. Sin mujer ni hijos -aparte de su palida criatura- Montero no se plantea el futuro de su empresa. No quiere saber nada de ventas ni de jubilaciones. "Como no s¨¦ hacer otra cosa, pienso continuar criando ron hasta el final", espeta convencido. Luego recapacita antes de apostillar: "Pero todav¨ªa seguir¨¦ dando ca?a durante mucho tiempo".