Sud¨¢n

Hoy he vuelto a ver de frente la cara del horror. Estaba comiendo frente al televisor viendo el discurrir de la actualidad en el Telediario, cuando el presentador ha anunciado con parsimonia el titular de la noticia: "Miles de personas pueden morir de hambre en los pr¨®ximos d¨ªas en el sur de Sud¨¢n".Inmediatamente las im¨¢genes ilustraban el contenido de la noticia mientras mi est¨®mago comenzaba a alterarse a ritmo vertiginoso. Es dif¨ªcil describirlo con palabras, Ancianos y ni?os fundamentalmente convertidos en amasijos de huesos cubiertos tan solo por una fina capa de piel. Pero no me impresion¨® tanto esa imagen como la de sus rostros. Reflejos no tanto ya del hambre que les ha llevado a esa situaci¨®n como de la resignaci¨®n y la desesperanza ante su anuncio destino : la muerte.

?Es posible que a las puertas del siglo XXI sigan ocurriendo estas cosas y en este primer mundo miremos para otro lado? ?Estantos todos locos?

Me obligu¨¦ a seguir mirando de frente al horror porque me niego al menos a calmar mi conciencia desviando la atenci¨®n, y as¨ª pude ver tambi¨¦n c¨®mo dos o tres voluntarios de una ONG luchaban tan denonada como in¨²tilmente por evitar la tragedia.

Gente as¨ª que, desinteresadamente, abandona un lugar privilegiado en la sociedad del desarrollo (?) para destinar su tiempo y su trabajo a los que no tienen otras opciones que la miseria o la muerte es la que mitiga un poco el esc¨¢ndalo que estos hechos producen, Por desgracia, eso parece que no es suficiente, as¨ª que desde la impotencia, pero tambi¨¦n desde la no resignaci¨®n, expongo mi grito contra los que pudiendo evitarlo no lo hacen y contra los que la mayor parte de las veces cambiamos de canal. - Badajoz.