Canal Sur nos torea
Parece confirmarse que la estrategia televisiva de Canal Sur est¨¢ basada en la adaptaci¨®n de la estructura de la corrida de toros al ciclo estacional, es de suponer que como homenaje a la identidad cultural andaluza. En el oto?o se abre de capa ante una renovada promoci¨®n de espectadores que embisten enga?ados por el deslumbrante despliegue de la nueva temporada de programaci¨®n. En Navidades sale al ruedo televisivo el picador, armado con los programas especiales de Nochebuena y -sobre todo- de fin de a?o. Llegado febrero, el espectador, debilitado ya por la programaci¨®n sufrida desde octubre y por el tremendo puyazo navide?o, es banderilleado con los vistosos palos de los carnavales, las semanas santas, las ferias y las romer¨ªas. A estas alturas, el televidente no aguanta la faena en pie, flojea de piernas y no es infrecuente que se derrumbe en la arena. Hay que comprenderlo: adem¨¢s de estos castigos puntuales, ha sufrido otros muchos d¨ªa a d¨ªa y de tarde en tarde. El verano es la hora de la verdad. La programaci¨®n de Canal Sur televisi¨®n descubre el estoque, yergue el cuerpo, se cuadra, se alza de puntillas y entra a matar. La hoja de la programaci¨®n de verano se hunde en el cerebro y en la sensibilidad una y otra vez, porque la faena, adem¨¢s es chapucera: Ol¨¦ Verano, Zona de risa, Todo a cien, Festival Andaluc¨ªa, N¨²meros rojos (que empez¨® bien y camina con firmeza hacia lo abyecto-lacrimoso). El descabello y la puntilla llegan con Ni contigo ni sintigo. Despu¨¦s de ver este programa, el espectador sucumbe, los leones del escudo se tapan los ojos con las patas y H¨¦rcules se suicida d¨¢ndose chocazos con las columnas; mientras en San Telmo, Chaves, convertido en Yul Brinner, ve con indiferencia como la plaga televisiva se despliega desde San Juan de Aznalfarache como un humo verde que repta por las calles de todos los pueblos y ciudades andaluzas, entra en todos los hogares y ataca al mismo tiempo identidad andaluza, sensibilidad e inteligencia. El espectador andaluz es finalmente conducido al desolladero unidimensional de la aculturaci¨®n. All¨ª le quitan su osamenta griega, su musculatura romana, su delicado sistema nervioso ar¨¢bigo-andaluz, su coraz¨®n renacentista y su fina piel rom¨¢ntica. Tiran el cerebro y disecan la cabeza para adornar el tablao en el que pretenden convertir a nuestra autonom¨ªa. Esto no es delirio de sevillano de no bebe gazpacho para combatir el golpe de calor -como recomienda el Ayuntamiento-, sino realidad. Al ver Ni contigo ni sintigo, comprend¨ª que Canal Sur TV (hay que precisarlo: la radio tiene dignidad y de calidad) es el instrumento a trav¨¦s del que los poderes lidian a los andaluces. Tal bazofia y tama?a verg¨¹enza no puede ser casual, debe obedecer a un prop¨®sito. No se puede llegar tan lejos y caer tan bajo sin una intenci¨®n. Este programa es la clave de interpretaci¨®n de la demagogia populista, de la acumulaci¨®n de comicastros, folcl¨®ricas, cuenta chistes y vulgaridades de todo tipo con que Canal Sur nos torea d¨ªa a dia -y adem¨¢s malamente, sin arte- a todos los andaluces.
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