El prelado guatemalteco acusado de la muerte de Gerardi era su colaborador
Las investigaciones sobre el brutal asesinato de Juan Gerardi, obispo auxiliar de Guatemala, han tomado un giro sorprendente. La fiscal¨ªa guatemalteca, que ha impuesto 10 d¨ªas de hermetismo, detuvo el mi¨¦rcoles al sacerdote Mario Orantes, el colaborador m¨¢s cercano del prelado, y a Margarita L¨®pez, cocinera de la parroquia donde ambos viv¨ªan, por su presunta implicaci¨®n en el crimen, ocurrido el 26 de abril. La Iglesia cat¨®lica, que cree en el m¨®vil pol¨ªtico del asesinato, espera que se sepa toda la verdad.A Gerardi, que era el coordinador de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado (ODHA), le destrozaron la cabeza a golpes dos d¨ªas despu¨¦s de haber presentado un informe sobre los abusos cometidos durante los 36 a?os de guerra civil, que dej¨® en Guatemala 150.000 muertos. Esta coincidencia hizo que todas las sospechas recayeran sobre los sectores m¨¢s recalcitrantes del Ej¨¦rcito, principal ejecutor de las atrocidades sufridas por la poblaci¨®n guatemalteca.
La detenci¨®n de dos indigentes que viv¨ªan alrededor de la parroquia de Gerardi, contra los que no hay siquiera pruebas, y los rumores sobre la homosexualidad del obispo, que pretend¨ªan dar un tinte pasional al asesinato, no hicieron sino agudizar la impresi¨®n de que las autoridades deseaban lanzar una cortina de humo. Mientras tanto, el director de la ODHA, Ronalth Ochaeta, asegur¨® haber recibido dos llamadas an¨®nimas que implicaban a dos militares, uno retirado y otro destinado en la presidencia.
Un grupo de expertos extranjeros, entre ellos varios agentes del FBI, se hicieron cargo de las pesquisas. Seg¨²n ha podido saber EL PA?S de fuentes cercanas a la investigaci¨®n, los indicios recogidos resultaban desconcertantes para un crimen pol¨ªtico cl¨¢sico: por ejemplo, el escenario (el garaje de la parroquia) del crimen hab¨ªa sido limpiado antes de la llegada de la polic¨ªa. Adem¨¢s, Orantes, que fue quien descubri¨® el cad¨¢ver, se contradijo durante sus declaraciones. Asegur¨® no haber o¨ªdo nada a pesar de encontrarse a unos metros del lugar del asesinato. Orantes calific¨® de "injusta" su detenci¨®n.
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