Vivir en el centro
Los ciudadanos deber¨ªamos aprender, por nuestro propio inter¨¦s, que en muchos casos los discursos demag¨®gicos indican una direcci¨®n, y las decisiones pol¨ªticas concretas conforman la realidad justo en sentido contrario. Es comprensible que nos suceda en temas de gran escala o de especial complejidad. No as¨ª en temas que se concretan f¨ªsicamente en nuestro entorno inmediato, en la construcci¨®n de la ciudad.Con la evidente necesidad de vivienda se podr¨ªa parafrasear aquello de "Libertad: ?cu¨¢ntas injusticias se producen en su nombre!". Efectivamente, la necesidad de alojamiento que afecta a amplios sectores de la sociedad, especialmente a los j¨®venes (en los que se superpone a otro problema end¨¦mico como es el empleo), sirve de coartada para la toma de decisiones que, adem¨¢s de no resolver sustancialmente el problema, producen otros de no menor gravedad, como la degradaci¨®n del patrimonio edificado existente y de la calidad de vida de la ciudad.
Porque el problema fundamental no es la falta de viviendas, sino los altos precios de ¨¦stas, que dejan a un porcentaje muy elevado de la poblaci¨®n fuera del mercado libre. En el caso de Madrid, y seg¨²n datos de Hacienda, en cuanto a la segmentaci¨®n de la poblaci¨®n por sus ingresos econ¨®micos, un 80% de los ciudadanos s¨®lo podr¨ªa acceder a viviendas de protecci¨®n oficial.
Hay viviendas vac¨ªas (decenas y decenas de miles en Madrid), hay viviendas degradadas (multitud), hay suelos vacantes (con capacidad para decenas y decenas de miles de viviendas). Habr¨ªa que intentar poner en uso las vac¨ªas (medidas fiscales), arreglar las degradadas (rehabilitaci¨®n) y obtener suelos baratos para hacer VPO (utilizando las posibilidades legales existentes, s¨®lo se trata de que los propietarios del suelo no ganen tanto). En resumen, prestar m¨¢s atenci¨®n a la ciudad consolidada, aprovechar el patrimonio existente y hacer actuaciones p¨²blicas o concertadas en los suelos vacantes que mejor convenga a la ciudad y no en los que deciden por su propio inter¨¦s los due?os del suelo.
En vez de ello, la derecha liberal (por ejemplo ?lvarez del Manzano) entrega la soluci¨®n exclusivamente al mercado, liberalizando, calificando todo el suelo posible, disminuyendo los controles p¨²blicos que garantizar¨¢n el inter¨¦s general.
Con ello, y en el sacrosanto nombre de la necesidad de vivienda, se consolida un modelo que en realidad lo que supone es un proceso perverso de destrucci¨®n de la ciudad tanto por la generaci¨®n de los nuevos pol¨ªgonos residenciales, infraequipados, carentes de calidad urbana, colgados sobre las infraestructuras viarias existentes, que asfixian a la ciudad actual, que estimulan el uso del autom¨®vil por su dispersi¨®n, como por el vaciamiento residencial, terciarizaci¨®n y degradaci¨®n de los centros urbanos.
Apoy¨¢ndonos en otra frase hecha: "Los ¨¢rboles no nos dejan ver el bosque", podr¨ªamos decir que preocup¨¢ndonos exclusivamente de la producci¨®n de vivienda, de la vivienda como n¨²mero, dejamos de ver la ciudad. Dejamos de ver la ciudad existente, que se degrada, que se pierde calidad de vida, que se hipertrofia, que deviene obsoleta e inhabitable, y dejamos de ver la "ciudad" que se produce, dispersa, de baja calidad urbana y abandonada a la iniciativa, escasamente controlada, de los agentes del sector.
La necesaria relaci¨®n entre vivienda y ciudad nos lleva as¨ª, en uno de sus aspectos m¨¢s importantes, a la recuperaci¨®n del centro hist¨®rico, que trasciende el tema vivienda para convertirse en un problema de ciudad, en tema social y cultural. Tema por tanto complejo y complicado, pero que en toda Europa es asumido por el conjunto de la sociedad.
Esa complejidad, esa tremenda dificultad exige la intervenci¨®n p¨²blica, intervenci¨®n p¨²blica directa con ¨®rganos gestores y fondos p¨²blicos e intervenci¨®n p¨²blica concertada con la iniciativa privada, que hay que implicar y fomentar necesariamente. Intervenci¨®n p¨²blica porque es dif¨ªcil actuar en los centros hist¨®ricos. Y es dif¨ªcil porque hay, tambi¨¦n en el centro hist¨®rico, que realizar actuaciones de vivienda p¨²blica y vivienda barata si queremos que no se erradique toda la poblaci¨®n original y que se atraiga a los j¨®venes para revitalizar el centro. Porque hay que actuar en m¨²ltiples aspectos para eliminar la degradaci¨®n social, empleo, seguridad, etc¨¦tera. Porque hay que efectuar actuaciones de tama?o y contenido adecuado para posibilitar introducir nuevos espacios libres y nuevos equipamientos en el centro. Y nuevos usos, por ejemplo universitarios. Porque hay que actuar de forma global.
La derecha que gobierna Madrid no asume, como ya hemos se?alado, los conceptos urban¨ªsticos generales que implican la primac¨ªa fundamental del objetivo de recuperaci¨®n del centro, sino todo lo contrario. Ello es causa primaria de que la pol¨ªtica concreta de rehabilitaci¨®n sea escasa, inadecuada e insuficiente. L¨®gicamente, en los tiempos que corren, no pueden dejar de decir que asumen y valoran la rehabilitaci¨®n. Pero eso no consiste en sumarse a ¨²ltima hora a un acuerdo Estado-Comunidad Aut¨®noma que naci¨®, por cierto, de la mano de Jos¨¦ Borrell, ni consiste s¨®lo en gastarse los fondos que Europa nos adjudica para tal objeto. Ni consiste desde luego en que cualquier otra medida, como la propuesta Ordenanza de Ruinas, fomente precisamente la destrucci¨®n de edificios incluso catalogados a trav¨¦s de los conceptos de ruina urban¨ªstica y de ruina econ¨®mica, tal como en esa ordenanza se contemplan. Ni consiste en la inexistencia de un organismo aut¨®nomo, potente y especializado que lidere y gestione los procesos de actuaci¨®n en el centro. Ni en la falta de propuestas concretas de intervenci¨®n, que m¨¢s all¨¢ de adecentamiento de edificios y de maquillaje de plazas incidan realmente en la transformaci¨®n positiva del centro.
La recuperaci¨®n del centro de la ciudad depende de la actuaci¨®n en el centro, y tambi¨¦n, y mucho, en la actuaci¨®n fuera del centro. Por ambas cosas se le va a pasar factura a la derecha en la ciudad de Madrid.
La izquierda estuvo en el origen del concepto de recuperaci¨®n de los centros urbanos y va a estar en las nuevas etapas conceptuales del tema. Y sobre todo va a estar en la puesta en pr¨¢ctica de las mismas, en la materializaci¨®n f¨ªsica de algo que es necesario y fundamental para el correcto y equilibrado funcionamiento de la ciudad que tenemos y en la que queremos vivir.
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