Justicia espa?ola

La dura condena impuesta por el Tribunal Supremo de Madrid a los imputados de la guerra sucia contra ETA vuelve a plantear un problema central para la vida democr¨¢tica espa?ola. (...) La sentencia deja abierto un interrogante al que el tribunal no ha sabido o no ha querido responder. Es decir, si el ministro del Interior (...) actu¨® por cuenta propia sin consultar con el presidente del Gobierno, en un asunto tan dram¨¢ticamente comprometido. La mayor¨ªa de los espa?oles, incluso muchos de aquellos que hubieran querido que Barrionuevo fuera absuelto, piensan que esto no es posible. Y las dudas que esta convicci¨®n conlleva pesar¨¢n por muchos a?os sobre la figura de Felipe Gonz¨¢lez. Otro elemento de pol¨¦mica es la consideraci¨®n de la necesidad de que la justicia act¨²e con rapidez. De hecho, aun que la ley sea siempre la misma, el valor ejemplar de una sentencia puede ser menor si la situaci¨®n cuando se dicta es totalmente distinta a la de la ¨¦poca en que se cometi¨® el delito juzgado. Y en 1983 la situaci¨®n espa?ola era muy diferente a la actual. La guerra sucia surgi¨® como una respuesta, err¨®nea y criticable desde todos los puntos de vista, a la organizaci¨®n terrorista ETA, que amenazaba directamente la supervivencia de la democracia. (...) La guerra sucia de los GAL surgi¨® en un momento de histeria colectiva. Felipe Gonz¨¢lez ha tratado durante a?os de que ese error fuera olvidado o perdona do. Pero en pol¨ªtica eso no sucede casi nunca.

24 de julio