El "caso Festina" amenaza a la c¨²pula del Tour
Fuentes de la investigaci¨®n no descartan que sea llamado a declarar el director de la carrera, Jean Marie Leblanc
El caso Festina ha puesto de manifiesto para la polic¨ªa francesa la existencia de una amplia red para adquirir sustancias prohibidas y administr¨¢rselas, bajo control m¨¦dico, a los corredores del equipo. Pero algunas declaraciones de todos cuantos han sido interrogados ampl¨ªan la l¨ªnea de investigaci¨®n, por el mero hecho de que han confesado que se trataba de pr¨¢cticas generalizadas en la mayor¨ªa de los equipos. El propio diario Journal de Dimanche informaba ayer, apelando a fuentes jur¨ªdicas, de la posibilidad de que tambi¨¦n sean llamados a declarar desde el patr¨®n del equipo Festina, el espa?ol Miguel Rodr¨ªguez, al presidente de la Federaci¨®n Francesa de Ciclismo, Daniel Baal, y al propio director del Tour, Jean Marie Leblanc, quien manifest¨® haber "descubierto la existencia de productos enmascaradores" hace unos d¨ªas.
G¨¦rald Vinsoneau, el fiscal del caso, no descart¨®, en declaraciones al diario L`Equipe, que la investigaci¨®n vaya m¨¢s lejos, "si ciertos rumores se confirman". "?Bessis [uno de los abogados de Willy Voet, el masajista del Festina encarcelado] quiere que se interrogue a Jean Marie Leblanc? Si esa es la voluntad del juez, lo haremos".
Las impresiones que recoge la prensa francesa, producto de las informaciones que se est¨¢n filtrando del sumario abierto en Lille, no parecen dejar lugar a la duda: el masajista belga Voet, aquel a quien detuvieron con una verdadera provisi¨®n de productos prohibidos, no era m¨¢s que un empleado del equipo Festina que cobraba un salario de 14.000 francos mensuales (unas 350.000 pesetas) y que cumpl¨ªa con las ¨®rdenes que le daban. Voet est¨¢ dispuesto a colaborar con la justicia. El m¨¦dico del Festina, ?ric Ryckaert, confes¨® que permiti¨® que se siguieran haciendo las pr¨¢cticas habituales de dopaje, pero que ¨¦l no era el organizador. Para otros, el papel de Ryckaert y el del propio Bruno Roussel, fue precisamente el de "racionalizar los m¨¦todos de dopaje". El careo efectuado el pasado viernes entre estos tres personajes, permiti¨® descubrir a la polic¨ªa que el m¨¦dico cobraba 6.000 francos de dietas (unas 150.000 pesetas) por cada d¨ªa de trabajo en el Tour, lo cual quiere decir que el m¨¦dico desarrollaba un papel muy importante en la preparaci¨®n del equipo.
Confesi¨®n
Todos los corredores, a excepci¨®n de Richard Virenque, dicen haber reconocido que se dopaban. Alguno se quej¨® del trato recibido en comisar¨ªa, a lo que un polic¨ªa que no se identifica contest¨® que "recibieron el mismo trato que los futbolistas interrogados en el caso del Olimpique de Marsella y la compra de partidos de la Liga francesa". La estrategia de los corredores es la de situarse en el mero papel de consumidores, lo cual no est¨¢ penado por la ley francesa, pero fuentes judiciales sostienen que pueden terminar siendo imputados por haber participado, mediante un fondo com¨²n, en la financiaci¨®n de la compra de productos prohibidos. Y, en ese punto, entra la interrogante de la participaci¨®n de la casa Festina y la posibilidad de que tambi¨¦n sea llamado a declarar el patr¨®n del equipo, Miguel Rodr¨ªguez.Festina invert¨ªa cerca de 35 millones de francos (unos 875 millones de pesetas) en el equipo. La estrategia de la firma espa?ola es la de presentarse como perjudicado en la causa afirmando que su relaci¨®n con el caso se limitaba a dar el dinero a la empresa Prosport. Prosport es una compa?¨ªa de Bruno Roussel, el director del equipo expulsado de la carrera, y es la sociedad que contrata a los corredores, masajistas, mec¨¢nicos y m¨¦dicos y compra el material para el equipo.
Esta pr¨¢ctica es habitual en muchos equipos ciclistas: el patrocinador da el dinero a una segunda empresa, que es la que monta la estructura del equipo. De esa forma, el patrocinador se libera de ciertos problemas fiscales y laborales. Festina, adem¨¢s, se ha guardado de contratar abogados a los corredores y al personal del equipo. Festina ha tratado de permanecer al margen en lo posible.
Sin embargo, algunas de las confesiones de quienes han sido interrogados pueden ampliar el abanico de personajes involucrados en el asunto. Miguel Moreno, uno de los directores del Festina, reconoci¨® haber hablado de unas pr¨¢cticas generalizadas en el mundo del ciclismo. En alg¨²n momento del esc¨¢ndalo, Moreno ha reconocido que el patr¨®n del Festina pod¨ªa estar perfectamente informado de lo que pasaba dentro del equipo. Hay que tener en cuenta que la vinculaci¨®n de Festina al ciclismo no es un hecho reciente, sino que data de principios de 1990. Y, tambi¨¦n, que Rodr¨ªguez ha sido un patr¨®n que ha seguido muy de cerca la marcha de sus diferentes equipos.
Si hab¨ªa una pr¨¢ctica generalizada, como parece demostrar la coincidencia con el asunto del equipo holand¨¦s TVM, si de cuanto se hac¨ªa participaban m¨¦dicos, masajistas, mec¨¢nicos, directores y corredores, ?puede afirmarse que los dirigentes no estaban informados?
Algunas informaciones empiezan a apuntar m¨¢s alto. Proliferan los interrogantes. ?Por qu¨¦ el presidente del la Uni¨®n Ciclista Internacional (UCI), el holand¨¦s Hein Verbruggen, introdujo la obligatoriedad de los controles de sangre a los ciclistas a pesar de la opini¨®n en contra del propio Juan Antonio Samaranch, presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI)? ?Sab¨ªa Verbruggen que la utilizaci¨®n de EPO era una pr¨¢ctica generalizada en el mundo del ciclismo o s¨®lo lo sospechaba? Y m¨¢s sospechoso todav¨ªa, ?por qu¨¦ el Tour no orden¨® controles de sangre el a?o pasado a los corredores del Festina y del Telekom, los dos equipos que protagonizaron la carrera y s¨ª a todos los dem¨¢s de cierta importancia? El caso Festina parece lejos de terminar. Esa es la sensaci¨®n que predomina en el Tour.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.