?Estuvo en La Habana?
Me permito dirigir a usted estas l¨ªneas a prop¨®sito de haber le¨ªdo en la edici¨®n del domingo 26 de julio el art¨ªculo Isla de Lobos, Habana City, acreditado con la firma de Fernando Delgado.Pasa a la p¨¢gina siguiente viene de la p¨¢gina anterior
No me ha sido posible determinar si el autor recoge experiencias de una visita reciente a la ciudad de La Habana o si sus impresiones proceden del testimonio de otras personas.
Es cierto que acabamos de celebrar aqu¨ª el IV Congreso Internacional de Rehabilitaci¨®n del Patrimonio Arquitect¨®nico y Edificaci¨®n, del 13 al 17 de julio, convocado por el Centro Internacional para la Conservaci¨®n del Patrimonio. No es posible para m¨ª imaginar que nuestra hospitalidad y el inter¨¦s por dar a nuestros amigos, venidos de Espa?a y de todo el mundo, la impresi¨®n de que trabajamos con fe y esperanza en el porvenir pueda merecer un juicio cr¨ªtico que, en despiadada visi¨®n de nuestra realidad, llega a afirmar que nos hallamos consagrados al "capitalismo y sus afanes".
El autor afirma que las obras de restauraci¨®n se proponen el "desahucio" de los vecinos y sostiene, por ejemplo, que en la Plaza Vieja se ha colocado una fuente de m¨¢rmol espl¨¦ndida, postergando u olvidando las urgencias de la Comunidad. ?Estuvo realmente don Fernando en la Plaza Vieja? ?Acaso no vio las 46 viviendas provisionales que, con la mayor dignidad posible, se construyen para dar alojo a las familias, mientras se rehabilitan sus propios hogares? ?Visit¨® acaso la escuela y el hogar para la mujer y el ni?o erigidos cerca de dicha plaza?
Dicho esto, desear¨ªa pasar por alto las descalificaciones que, bajo el t¨ªtulo de doble moral, se nos dedican; no obstante, perm¨ªtame esclarecer que no me averg¨¹enzo de la amistad y el afecto del doctor Fidel Castro, presidente del Gobierno de Cuba, ni tampoco de mi formaci¨®n cristiana, y que, en ese sentido, no sufro ni padezco contradicci¨®n alguna.
Se viene a un pueblo de nuestra estirpe a extender una mano generosa o -como en este caso- a mirarle con ojos judiciales que apenas ocultan en lo escrito su complicidad con lo que quisieran promover como imagen de Cuba. Ello acent¨²a en m¨ª la gratitud de tantos espa?oles generosos que respetan al pueblo que lucha y padece frente al imperio m¨¢s todopoderoso de la tierra .
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