M¨¢s madera
La Audiencia de San Sebasti¨¢n ha ordenado celebrar un juicio contra los familiares de los ertzainas a los que dio muerte Mikel Otegi, "destacado miembro de la izquierda abertzale", seg¨²n le defini¨® en su d¨ªa el consejero Atutxa. Los familiares habr¨¢n de responder de las supuestas amenazas proferidas contra Otegi y su abogado durante el juicio en el que un jurado popular declar¨® al primero "no culpable" por considerar que estaba borracho cuando dispar¨®. Casi al mismo tiempo se ha conocido una sentencia de una juez de San Sebasti¨¢n estimando la reclamaci¨®n de Mikel Arregi, dirigente de Herri Batasuna encarcelado por colaboraci¨®n con banda armada, de cobrar el subsidio de paro. Aun cuando la valoraci¨®n sobre esas resoluciones sea diferente, no dejan de ser ambas sintom¨¢ticas de la singular situaci¨®n de la justicia en el Pa¨ªs Vasco. Mejor dicho, de la singular situaci¨®n de la sociedad vasca actual, marcada por el miedo.Las supuestas amenazas fueron expresadas en la vista p¨²blica cuando se proyectaban im¨¢genes de la autopsia de los agentes. La madre de uno de ellos grit¨® frases como "esto no va a quedar as¨ª, animal" y "la culpa la tiene el que defiende a ¨¦se, habr¨ªa que matarlo".
El resultado es el siguiente: el autor confeso del doble crimen se encuentra en paradero desconocido -su abogado dijo que tambi¨¦n Otegi "ten¨ªa derecho a unas vacaciones"-, por lo que no ser¨¢ posible la repetici¨®n del juicio ordenada por el Tribunal Superior de Euskadi; mientras que los familiares de las v¨ªctimas ser¨¢n juzgados por expresar a gritos su indignaci¨®n contra el autor del crimen. Es absurdo. La justicia deber¨ªa ser capaz de evitar situaciones absurdas, y as¨ª lo entendi¨® el tribunal que inicialmente instruy¨® la causa, ordenando su archivo. Pero la Audiencia ha anulado ahora el archivo, estimando el recurso del abogado de Otegi.
La plataforma Hemen Gaude (Aqu¨ª Estamos), constituida a ra¨ªz del asesinato del sargento de la Ertzaintza Joseba Goikoetxea, ha considerado "esperp¨¦ntico" todo el proceso que culmina con el enjuiciamiento de las v¨ªctimas. Esa plataforma era calificada ayer de "organizaci¨®n parapolicial" en un comunicado difundido por el "equipo de abogados" de Mikel Otegi. Nadie ignora lo que en Euskadi significa "organizaci¨®n parapolicial", especialmente los familiarizados con los textos internos de ETA y KAS. Ayer mismo se publicaba en EL PA?S un escrito intervenido en mayo por la polic¨ªa en el que se acusaba a la Ertzaintza de practicar la "guerra sucia".
Es habitual en Euskadi que los agresores pretendan ser tenidos por v¨ªctimas y que los mismos que se consideran ofendidos por cualquier cosa -como la reacci¨®n de una madre ante el asesino de su hijo- se consideren con derecho a deslizar contra los dem¨¢s acusaciones calumniosas. Cuentan con que nadie se atrever¨¢ a rechistar. En otro documento de KAS intervenido hace poco por la polic¨ªa sobre la organizaci¨®n de una red de informaci¨®n se propon¨ªa archivar datos de diversas personas, especialmente miembros de la Ertzaintza, que "se pensar¨¢n muy mucho antes de actuar".
En Euskadi ocurren cosas que ser¨ªan incre¨ªbles en cualquier otro lugar del mundo. El miembro de la Mesa Nacional de HB que reclama cobrar el paro alega -y la juez lo acepta sin inmutarse- que, adem¨¢s de sus tareas como pol¨ªtico, realizaba otras como administrativo de dicha formaci¨®n, concretamente como encargado de la "aplicaci¨®n pol¨ªtica de Oldartzen en el ¨¢mbito organizativo". Oldartzen (palabra que podr¨ªa traducirse como ofensiva) es el nombre de la ponencia que ha venido orientando la actividad de ese mundo desde finales de 1994. Concretamente, la pol¨ªtica de "socializaci¨®n del sufrimiento" que se ha manifestado en la kale borroka (lucha callejera) y otras t¨¦cnicas de intimidaci¨®n que desde hace a?os arrasan Euskadi, y algunas conciencias.
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