Los tutsis de Congo crean una gran coalici¨®n para derrocar a Kabila
Los banyamulengues (tutsis congole?os) han creado una gran coalici¨®n pol¨ªtica, con la presencia en ella de importantes personalidades de otras regiones, para acelerar la ca¨ªda del presidente Laurent Kabila. En un pa¨ªs como la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Congo (RDC), con m¨¢s de 250 etnias, es esencial para la rebeli¨®n romper la imagen de ser un movimiento tutsi. En el frente militar, el Gobierno de Kinshasa ha anunciado una serie de victorias en el Este, pero no ha explicado d¨®nde se han producido.
La gran coalici¨®n tiene un objetivo claro: sumar a la rebeli¨®n a todos los grupos descontentos y camuflar la influencia tutsi, etnia que cuenta con muy pocos simpatizantes en el oeste de la RDC, que les considera simples extranjeros. "El objetivo es acabar con cualquier forma de dictadura, promover un proceso de democratizaci¨®n y de reconstrucci¨®n nacional, asegur¨® el portavoz militar de los rebeldes, Jean-Pierre Ondekane. ?ste acus¨® a Kabila de repetir los errores de Mobutu Sese Seko, de entregar el poder a su c¨ªrculo familiar a los miembros de su clan, los balubakatin, que son de la rica Katanga.Entre las personalidades que se han sumado a esta gran colaci¨®n destacan dos banyamulengues, el antiguo ministro de Exteriores de Kabila, Bizima Karaha, y Deogratias Bugera, ex n¨²mero dos de la Alianza que derroc¨® a Mobutu; Emile Ilunga (que particip¨® en las dos rebeliones de Katanga); el l¨ªder opositor Arthur Z"Ahidi Ngoma (jefe del movimiento Fuerzas del Futuro), y el profesor exiliado Wamba dia Wamba, de la etnia Bakongo, dominante en la zona de Matadi, que es el puerto que est¨¢n a punto de conquistar los rebeldes tras la toma de Boma, a las puertas de Kinshasa. La toma de Matadi y la gran central hidroel¨¦ctrica de Inga, representar¨ªan un jaque mate militar a la capital congole?a.
La televisi¨®n estatal, en manos del Gobierno, anunci¨® ayer que las tropas leales a Kabila hab¨ªan reconquistado varias localidades en el valle del r¨ªo Ruzizi, pero no dieron nombres. Otras fuentes del Gobierno dijeron que Bukavu estaba en sus manos. Las fuentes independientes lo desmienten.
Varios organismos de derechos humanos, entre ellos Human Rights Watch, han criticado con dureza al presidente congole?o por llamar a filas a miles de menores de edad para hacer frente a la rebeli¨®n.
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