Una joven muri¨® en el tercer intento
La relaci¨®n entre los agentes de la Guardia Civil y los inmigrantes se ve muy dificultada por el problema del idioma, pero el contacto es completamente inevitable. En una patrullera dise?ada para siete o nueve tripulantes como m¨¢ximo, hay que meter en ocasiones a 35 nuevos pasajeros. ?D¨®nde?. "Pues en el techo, o donde quepan". Y en esas condiciones, si algunos de los detenidos es reincidente, enseguida es reconocido por los guardias civiles. Se dan entonces situaciones casi c¨®micas: con su acento claramente andaluz, Julio, el mec¨¢nico, pregunta: "?T¨²... Moham¨¦?". El marroqu¨ª responde, entre risas: "?Hulio?". Estos viejos conocidos s¨®lo se han visto en la mar y durante unas horas, pero no olvidan la cara ni el nombre del otro. Tambi¨¦n Juan Miguel cuenta que le han pasado muchas veces cosas c¨®mo ¨¦sa, aunque aclara que eso puede significar que el que repite es el patero, y no un tripulante. Las an¨¦cdotas son muchas, aunque no todas son recordadas, como ¨¦sta, entre risas. Miguel, marinero, cuenta la de una joven "guap¨ªsima" que fue interceptada dos veces seguidas por el mismo equipo. Con la confianza que da el estar solos en medio del oc¨¦ano, la chica lleg¨® a contarles que quer¨ªa estudiar en la universidad de Madrid. Ya ten¨ªa all¨ª una amiga que estaba estudiando y estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por conseguir lo que quer¨ªa.
"?Pero no entiendes que si consigues evitarnos a nosotros y llegar a Madrid, sin papeles no van a dejar que te matricules y vas a tener que trabajar ilegalmente?", le preguntaba incr¨¦dulo Miguel. No pod¨ªa entender que una joven con toda la vida por delante se la pueda jugar as¨ª.
La segunda vez que se encontr¨® con ella fue mucho m¨¢s directo. Intent¨® explicarle que lo que ten¨ªa que hacer era resolver sus papeles, hablar con el consulado, llegar a Espa?a legalmente. "No creo que sea tan dif¨ªcil; t¨² tienes estudios, hablas espa?ol, int¨¦ntalo".
La joven les cont¨® que eso en Marruecos era imposible, que para obtener un visado hac¨ªa falta mucho m¨¢s dinero que para embarcar en una patera, y ella no lo pod¨ªa conseguir.
La misma marroqu¨ª fue interceptada una tercera vez por estos mismos guardias, pero entonces ya no pudieron aconsejarle nada: se hab¨ªa ahogado.
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