Un municipio belga impone el toque de queda a los menores de 14 a?os desde las 10 de la noche
A grandes males grandes remedios. El Ayuntamiento de Koekelberg, una de las comunas que conforman el municipio de Bruselas, ha decretado el toque de queda a partir de las 10 de la noche para todos los j¨®venes menores de 14 a?os que no vayan acompa?ados. Polic¨ªas de paisano patrullan el barrio a partir de esa hora e interpelan a los menores que circulan solos. Desde que se aplic¨® el toque de queda, el 13 de agosto, alrededor de una media docena de j¨®venes han sido acompa?ados a su domicilio particular por los polic¨ªas. Estos se presentan de nuevo a la ma?ana siguiente en el domicilio para explicar a los padres con todo detalle el objetivo de la medida. La finalidad no es otra que la de alejar a los j¨®venes de las malas compa?¨ªas nocturnas y evitar que se vean tentados a caer en la delincuencia. Detr¨¢s de estas buenas intenciones, la Justicia belga ya ha hecho ver las dudas que le suscita tan dr¨¢stica medida porque puede atentar contra las libertades individuales. "La medida est¨¢ muy bien para hacer ver a los padres que son responsables de sus hijos y deber¨ªan preocuparse por qu¨¦ es lo que hacen a ciertas horas, pero imponer un toque de queda roza los l¨ªmites de la libertad individual", opinan algunos jueces a t¨ªtulo particular.
Tampoco las familias est¨¢n de acuerdo. El presidente de una asociaci¨®n familiar, Pierre Werner, puso ayer en duda la utilidad de la medida y, sobre todo, rechaz¨® "el propio concepto de toque de queda, que a los belgas nos trae muy malos recuerdos". "Ahora se aplica a los menores de 14 a?os, pero ma?ana puede ser a los menores de 16, luego a los de 18 a?os, a los que llevan el pelo crespado, a los que est¨¢n demasiado bronceados o a los que no tienen tarjeta de cr¨¦dito", protest¨®.
La medida coincide en el tiempo con el segundo aniversario del estallido del caso Dutroux, el pederasta acusado de la muerte de cuatro ni?as y el rapto de otras dos. Pero no parece que el celo del Ayuntamiento de Koekelberg sea tanto alejar a sus adolescentes del peligro de los pederastas como reducir el n¨²mero de hurtos nocturnos.
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