A remojo entre Picadas y San Juan
El r¨ªo Alberche, a la altura del kil¨®metro 48 de la carrtera M-501, ofrece un recodo con ¨¢rboles y arenales ideal para pasar un d¨ªa de ba?o bajo el sol
El curso del r¨ªo Alberche, entre el desaguadero del embalse de San Juan y la entrada en la presa de Picadas -sobre el kil¨®metro 48 de la carretera M-501- dibuja un recodo de arena y aguas tranquilas, que con todos los honores, se lleva el nombre de playa. Como en cualquier zona de costa, junto a ella hay casitas de veraneantes y una terracita donde tomar un refrigerio; la sombra la marcan los ¨¢rboles y los parasoles que los visitantes clavan en la arena; los fines de semana, barquitas hinchables y colchonetas decoran la superficie y las toallas de los ba?istas dan color a las riberas, por donde pueden pasear moj¨¢ndose los pies quienes no se decidan a ba?arse. "Los fines de semana m¨¢s fuertes son los de julio y septiembre, en agosto estamos los que vivimos aqu¨ª y pocos m¨¢s", describe Fernando Gonz¨¢lez, fot¨®grafo de 45 a?os que lleva 37 pasando los veranos (y los fines de semana del resto del a?o) en una de las casitas de la llamada Ciudad sin ley. "Es que estamos en la linde entre Navas del Rey y San Mart¨ªn de Valdeiglesias, y durante mucho tiempo nadie nos ha hecho ni caso. Hasta la luz de las calles la tuvimos que poner nosotros", explica.
Las primeras casas que se levantaron junto al arroyo de Valdezate, que separa estos dos t¨¦rminos municipales, datan "de hace 50 a?os", seg¨²n explica la se?ora Cecilia, una de las vecinas m¨¢s antiguas de esta ciudadela encaramada a una ribera. Confiesa 90 a?os y asegura que sus huesos no notan la humedad de la zona, en la confluencia del arroyo y del r¨ªo Alberche. Por eso vive all¨ª todo el a?o, aunque en verano "esto est¨¢ mucho m¨¢s animado, d¨®nde va a parar", advierte, mientras se?ala orgullosa la capilla dedicada a San Juan y a la Virgen de la Paloma, que, como todo, se est¨¢n construyendo los propios vecinos. "El a?o que viene celebraremos aqu¨ª las fiestas de la Paloma", adelanta. Un poco m¨¢s abajo, junto al r¨ªo, un grupo de j¨®venes vecinos de este barrio de verano meditan al sol si meterse al agua del Alberche, mientras deciden a qu¨¦ fiesta van a ir esa noche de todas las que animan los pueblos de alrededor en esta semana de San Lorenzo y la Paloma.
El agua est¨¢ "que corta", dice uno. "Te duelen hasta las ideas", apunta otro. Otro vecino de la zona baja con sus dos perros hasta la arena, pero ni ellos ni ¨¦l se ba?an. Una pareja se mete al agua entre exclamaciones. Fuera, el calor aprieta como corresponde a mediados de agosto. ?C¨®mo puede ser que el agua est¨¦ a temperatura de deshielo en plena can¨ªcula? "Es que cuando la sueltan desde el embalse de San Juan sale de la parte de abajo del pantano, y viene congelada", explica Fernando Gonz¨¢lez. "Yo llevo diez d¨ªas aqu¨ª y a¨²n no me he ba?ado; eso s¨ª, cojo la manguera de mi casa, la enchufo al agua del calentador y me remojo, es lo mejor", aconseja este fot¨®grafo de M¨®stoles.
La temperatura del agua es tema de conversaci¨®n entre los escasos visitantes que toman el sol en esta playa, el mi¨¦rcoles de la semana pasada. "Cuando no baja de San Juan, se calienta un poco, por eso los domingos est¨¢ mucho mejor para ba?arse", contin¨²a Gonz¨¢lez. De todas formas, si se camina hacia la presa de Las Picadas por alguna de las sendas que siguen el curso del Alberche, se puede llegar hasta peque?as calitas donde, seg¨²n Gonz¨¢lez, "el agua est¨¢ mucho mejor y no hay casi gente ni los fines de semana".
Junto a la playa, bajo unos grandes chopos plantados seguramente cuando brotaron las primeras casas, una familia monta el tenderete para comer. Llevan dos neveras port¨¢tiles, una colchoneta que tardan en hinchar media hora, dos perros cocker spaniel que se empe?an en pelear con los otros dos que baj¨® el vecino y tres ba?istas que no consiguen pasar de la rodilla al meterse en el agua. "El a?o pasado no estuvo ning¨²n d¨ªa tan fr¨ªa", aseguran, "se conoce que este a?o sueltan mucha agua de San Juan". De eso mismo, pero por otras razones, se quejan los alcaldes de la zona. Que el nivel del embalse baje mucho significa, aqu¨ª en la playa, que no hay quien se ba?e.
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